¿Qué pasó con el presidente del pueblo?
“¿Hacia dónde marchábamos, compatriotas? ¿hacia dónde marchábamos?”, exclamaba un Gabriel Boric recién asumido, sonriente, joven, orgulloso, fiel a sus ideales, dispuesto a luchar por su querido pueblo. “No va a ser este gobierno el fin de esa marcha, vamos a seguir andando, (…) hoy los sueños de millones de personas están acá empujándonos, dándonos sentido para llevar a buen puerto los cambios que la sociedad demanda”.
Ese 11 de marzo de 2022 la multitud lo recibió en la Plaza de la Constitución voceando la frase que para muchos se convirtió en el lema del estallido social: “¡El pueblo, unido, jamás será vencido!”. Entre aplausos y gritos, el presidente comenzó su mandato con un discurso esperanzador, algo que para muchos simbolizaba una nueva etapa para el país.
Según el primer sondeo de Cadem, Boric inició su gobierno con un 50% de aprobación, cifra que no se aleja de los números que en su momento marcaron Bachelet y Piñera en sus respectivas administraciones. Sin embargo, hoy el panorama del presidente no es el mismo que el de aquellos tiempos. La más reciente encuesta de Cadem reveló una caída abrupta en su aprobación, que cayó seis puntos porcentuales desde el último sondeo y alcanzó un 24%, el más bajo registro en sus dos años de gobierno.
¿Qué paso con ese 26% adicional que estuvo de su lado en marzo de 2022? Hace un tiempo que las cosas ya no venían bien para el presidente. Aquel Boric lleno de fe y esperanzas que en un comienzo prometía reformar Carabineros y defender los derechos humanos inevitablemente comenzó a quedar atrás, enfrentado con la penetración del crimen organizado en el país, una crisis de inmigración latente y los crecientes asesinatos atacando a la institución policial. Así, las causas que una vez prometió priorizar quedaron en segundo plano.
El 1 de mayo, tres días después del asesinato de los carabineros en Cañete, el discurso del presidente Boric en el Hospital del Trabajador reveló una cara completamente distinta a la que mostró ese 11 de marzo de 2022. “Este tipo de cosas inspira una reflexión que es más profunda”, expresó respecto a los asesinatos, “sin seguridad no hay libertad, sin libertad no hay democracia, sin democracia no hay justicia”.
Sin embargo, fue el comentario que lanzó contra la figura del mítico “perro matapacos”, símbolo del estallido social, el que terminó de zanjar para muchos el hecho de que el presidente por el que habían votado ya no era el mismo.
“Yo jamás festiné ni me hizo ningún sentido esta imagen burda del perro aquel. Ustedes jamás van a encontrar una declaración mía festinando o haciendo gala de aquello”, declaró durante una entrevista con las radios de la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi).
Las reacciones no tardaron en llegar, esta vez desde su propio bando, tildándolo de amarillo y traicionero. “Medalla de oro a la voltereta del año”, clamaron en redes sociales.
“Nos dolió”, admitió la diputada de Acción Humanista Ana María Gazmuri. “Fue una pequeña traición (…) no se puede estar con Dios y con el diablo”.
¿Hacia dónde marcha Boric hoy? Con la bandera por la seguridad al alza, el presidente se ha convertido en el principal aliado de la policía uniformada. Así, pareciera ser que hoy más que nunca, aquel desplome en su aprobación no viene sólo de la derecha.