Francisco Covarrubias: “Queremos ser un campus sostenible”

En la entrevista con el rector de la Universidad Adolfo Ibáñez Francisco Covarrubias (ver nota “El rector de la UAI habla con Cooler), le planteamos también temas que están en las conversaciones de los estudiantes en la sede de Peñalolén. A continuación, ese diálogo.

Por Paulette Fuentes

-¿Existen planes para crear más áreas verdes en el campus de Peñalolén?

-Tenemos un montón de áreas verdes, lo que pasa es que muchas veces los estudiantes no las consideran áreas verdes, porque este cerro sería un peladero si no fuera regado. Y hoy tenemos más de 30 hectáreas regadas del cerro. Eso es lo que se conoce como área verde. Con una visión que fue muy adelantada a su época, cuando se creó el campus en el año 2000, se hizo con un tipo de área verde sustentable, con especies nativas. Es distinta a la de Viña, porque esa es un área verde costera, donde se llevaron además palmeras que eran propias del lugar. Queremos ser un campus sostenible y que el tipo de área verde sea sostenible.

Foto: Benjamín Carrasco

Entiendo dónde va quizás la preocupación: cómo encontramos más lugares acogedores para los estudiantes. Eso es algo que trasciende el área verde y que es parte de una preocupación que debemos abordar para hacer este campus más amable, acogedor y que permita a los estudiantes estar no solo más cómodos -es muy cómodo si se compara con otros lados-, pero que haya más lugares de encuentro. Para mirar el vaso medio lleno, se ha ido avanzando. Por ejemplo, el edificio F generó un lobby que cada vez que lo veo está siempre lleno de estudiantes. Se han ido generando cosas, pero tenemos que seguir avanzando. Pero a mí me da risa lo del área verde porque hoy día tenemos muchas áreas verdes, pero los estudiantes no las consideran así porque no son verdes, son acordes al lugar.

-Entonces, por ahora, no hay planes como crear más áreas con pasto.

-No hay planes, pero no está descartado.

-¿Existe una posibilidad de que se rebajen los precios de los kioscos y casinos?

-Obviamente quisiéramos tener los precios más bajos posibles y por esa razón se licitan las cafeterías. No les cobramos arriendo a las cafeterías, o sea la universidad no busca hacer un negocio con eso. Pero las cafeterías tienen que pagarles un sueldo adecuado a las persona que trabajan, el IVA, tiempos muertos como enero y febrero que no tienen público y por lo tanto nos preocupa. También somos conscientes de que quienes proveen los servicios están haciendo un esfuerzo para llegar acá porque están compitiendo por los espacios. Hemos abierto distintos espacios y hay que lograr ese equilibrio adecuado. Pregrado ha estado siempre trabajando con los representantes estudiantiles porque es uno de los principales temas que estos siempre levantan. Se han hecho estudios de precios y un montón de cosas. La universidad no es indiferente al tema pero entiende que hay temas que son un poco estructurales.

Estamos abiertos a ver siempre alternativas que permitan de manera sostenible para quienes proveen el servicio lograr precios más baratos… Tenemos que seguir siendo creativos para lograrlo.

-¿Cómo se está viendo el problema de los buses con los nuevos proveedores y qué soluciones podrían esperar los estudiantes?

-La universidad tiene un gasto importante en buses por el lugar donde está ubicada. Dado que también está muy relacionado con la buena experiencia de los estudiantes, estamos siempre viendo alternativas.

Efectivamente, la compañía que estaba el año pasado botó el contrato poco antes que partieran las clases y llegó este nuevo proveedor. Hay una preocupación importante, sabemos lo importantes que son los buses. Lo reitero, tiene un costo importante para la universidad, costo que en otra universidad, por el lugar donde está ubicada, no lo tienen que aplicar, pero nos interesa mucho que logremos el mejor servicio posible, para lo cual tenemos que ver las distintas alternativas, si los tipos de buses que estamos usando son los adecuados, si el lugar donde se estacionan es el mejor. Para todo eso hemos pedido una consultoría de un ente externo que nos permita asesorarnos en cómo implementar mejoras más estructurales. Hay que ver si hay distintas ideas y entonces tenemos que ver más allá de la cosa tradicional, porque estamos haciendo lo mismo que hemos hecho siempre con más buses, cada vez son más buses, pero lo que tenemos que ver bien es si hay que idear un sistema distinto.

También tenemos que ver cómo generar una mejor conexión con los buses del Transantiago. A dos cuadras de mi casa pasa un bus que me dejaría ahí abajo, ¿pero cómo llego de ahí abajo para acá? Entonces también tenemos que pensar en cómo generar una conectividad distinta en plataformas de compartir autos con algún incentivo, en cómo acercar el campus a los buses del Transantiago y quizás generar un nuevo acceso peatonal… En fin, todo eso forma parte de lo que tenemos que pensar y es lo que se ha encargado.

-Sobre la ineficiencia que sienten los alumnos del apoyo psicológico que presenta la universidad ¿qué solución existe para ayudar a personas que tal vez necesitan un apoyo ahora mismo?

-Entiendo que hay un protocolo de que si hay una cosa urgente se salta a la fila. Eso ya existía cuando fui decano de Pregrado. Lo que no puede hacer la universidad es generar un tratamiento de largo plazo, sino que hacer la primera contención. Si los recursos se han ido haciendo insuficientes, la universidad tendrá que aumentarlos porque es un ámbito donde importa mucho. Pediré la estadística para ver efectivamente cuántos días están pasando respecto a los plazos de atención.