La era de los influencers revolucionó el ecosistema de marketing y redes sociales, con nuevos líderes de opinión que impactan tanto en la vida de sus seguidores, como en la sociedad. Apasionada por la moda y las tendencias, Pérez es una de ellos, con una marca propia de carteras y una carrera de instagrammer que no hace más que crecer. ¡Te invitamos a leer la entrevista que hizo con Cooler!
Por Luna Rojas Sandretti.
Hace tres años, cuando inició la pandemia del Covid-19, Francisca Pérez sintió que su casa la tenía cautiva en mente, alma y cuerpo. Recién regresaba de un intercambio inolvidable en La Coruña, España, por lo que el encierro le cayó como un balde de agua fría. «Deberías subir a tu perfil de Instagram datos o ideas de outfits y viajes, que es lo que te gusta», le aconsejó su hermana un día.
ASÍ INICIO LA TRAVESÍA
Oriunda de La Estrella en la Sexta Región, es una influencer, emprendedora e ingeniera comercial entusiasta de la moda europea, con grandes aficiones de usar la plataforma para hacer acción social, además de expandir su marca vegana de carteras y accesorios textiles Kadú en Chile y el extranjero. Hoy, con solo 23 años y un sueño, se declara esclava de sus instintos y corazón para construir la vida a la que siempre aspiró.
Pérez tiene el castaño con un babylights hacia las puntas, ojos cafés y una sonrisa de oreja a oreja. Desde su departamento en Lo Barnechea, de estilo minimalista, usando un suéter color arena de cuello alto y una chaqueta animal print, la instagrammer cuenta a Cooler su experiencia trabajando en las redes sociales, su pasión por emprender y las fuentes de inspiración en su estilo personal.
Al día de hoy tienes más de 35 mil seguidores en Instagram, con una comunidad homogénea y un perfil centrado en la moda y la acción social. ¿Cómo te convertiste en influencer y por qué elegiste esta industria para desarrollarte?
Kadú fue la gran impulsora de que yo llegase a lo que soy hoy. Sin embargo, en lo que respecta a mi perfil personal, empecé subiendo outfits en mis historias, etiquetando a las marcas y dando datos de dónde conseguir mi ropa o accesorios. Además, subía contenido sobre mis viajes, con las prendas que iba comprando en cada país. Siempre me ha apasionado mucho la moda, entonces es algo que me sale natural. Es una industria por la que siento mucha pasión y amo un montón.
Ahora bien, nunca esperé ser influencer, es algo que se fue dando con el día a día, pero que es una experiencia increíble -comenta en un suspiro nostálgico-. La mejor parte es darte cuenta de lo que significa. Antes veía a algunas personas de la industria y pensaba: “¡Wow, qué bacán! Son inalcanzables”, pero al estar en este mundo, me doy cuenta de que son tan normales como yo y me encanta eso. Quiero mostrarle a la gente que no somos de otro mundo, sino que somos personas comunes y corrientes.
¿Cómo surgió la idea de crear tu propia línea de productos, Kadú?
Todo empezó cuando iba en el colegio. Quería hacerme una cartera y un estuche, porque los que me gustaban eran demasiado caros en las tiendas. Comencé con eso y, cuando vi que quedaron lindos, se me ocurrió la idea de hacer unos para mis amigas en la vuelta a clases. ¡De la nada todas querían su Kadú! -Cuenta entre risas-. Le creé su propia página en Instagram a la marca y empecé a trabajar con embajadoras. Así, poco a poco, fue creciendo hasta transformarse en lo que es hoy.
¿En qué o quién tomas inspiración para construir tu emprendimiento e ir innovando día a día?
Me inspiro de todo lo que veo en Pinterest. Ahí están las tendencias, la moda… Pero sobre todo de lo que voy conociendo en los viajes. Yo creo que este último es la gran base y fuente de inspiración de Kadú. Cada viaje se materializa en una nueva idea. Si voy a un lugar, me inspiro también en cosas que me gustaría ver ahí, como estoy haciendo ahora con la colección de verano: me la voy a llevar a un viaje a Europa cuando esté lista.
Kadú ha sido un gran éxito en ventas y ahora incluso hacen envíos a todo el mundo. ¿Podrías contarnos acerca de tus estrategias de marketing y cómo lograste construir tu comunidad de seguidores?
En lo que se trata mi marca, todos los días voy viendo tendencias y lo que hace la competencia en Chile y otros países, fijándome en lo que es de mi gusto. Siempre me guío por mi gusto -enfatiza con un tono serio-. Si hay algo que está full de moda, lo tomo, pero lo adapto a mi estilo. Siento que plasmar mi estilo en mi marca, ha servido un montón. En este momento estoy siguiendo mi guata. Decidí no entrar a trabajar a una empresa y quedarme con mi marca, potenciarla y darlo todo por ella.
¿Cómo equilibras tu carrera como influencer, el emprendimiento y las otras responsabilidades cotidianas?
Creo que la Fran influencer y emprendedora van de la mano. Mucho de lo que muestro en mi perfil de Instagram está relacionado con Kadú. Creo que eso también le gusta a la gente porque muchas de mis seguidoras son compradoras o clientes de mi emprendimiento que se han pasado desde esa cuenta a la mía. Por lo mismo, siempre trato de equilibrar todo lo que hago con mis actividades cotidianas. Cuando hago campañas, pongo la alarma un poco más temprano para poder grabar las cosas, por ejemplo. Al final, trabajo simultáneamente en mi carrera de instagrammer y como dueña de mi propia marca. Mi meta es tener un perfil muy activo y, con ello, ser más cercana a mi comunidad.
¿Podrías compartir una experiencia inolvidable que hayas tenido como influencer?
Todo lo que ha sido esta aventura es una experiencia inolvidable. También, lo que se le puede enseñar a los demás siendo una persona con gran alcance. Me gusta mucho mostrarle a la gente que todos pueden ser buenas personas. Por ejemplo, amo a los perros y he usado mi perfil para fomentar la adopción. También para ayudar gente. Lo que busco es que no solamente sea un lugar que muestre datos y nada más, sino que también poder marcar un antes y un después en el mundo: dejar una huella.
¿Cuál es tu consejo para las personas que quieren empezar en la industria de la moda como influencers o emprendedores?
Mi consejo es que siempre sigan a su guata. Lo que les dice su guata y su corazón, no tanto en lo que dice su cabeza. Si creen en su proyecto y sienten que va a funcionar, háganlo. Yo soy muy impulsiva, jamás he hecho estudios de mercado ni nada. Si creo que hay algo a lo que le va a ir bien, le doy con todo. Creo que ese es el mejor consejo que pueden recibir: deben creer en ustedes mismos, porque si no lo hacen, nadie más lo hará.
Adoptaste una perrita el año pasado que ha estado viviendo contigo en tu departamento, pero que luego le dio mielitis y perdió la movilidad en sus patas traseras. ¿Cómo ha sido todo este proceso?
Alfreda llegó justo en un momento de mi vida en que de verdad la necesitaba. Sinceramente, creo que ha sido uno de los momentos más oscuros que he tenido y ella vino para alegrarme y mostrarme cómo es la vida. Hace tres meses le dio mielitis, que es una afección dada por una o varias inflamaciones en la médula espinal, por lo que estuve muy triste pensando en que jamás volvería a caminar. Sin embargo, siento que fue por algo. Quizá antes yo no era tan agradecida con la vida ni con las cosas, veía todo de una manera distinta. La Alfre llegó para centrarme y enseñarme lo que de verdad importa. De verdad que mi gorda es como mi ángel.
Hoy en día, ¿qué es lo que más te gusta de tu vida como influencer?
El hecho de poder ayudar a la gente. De tener una comunidad grande y que donde sea, cualquier cosa que necesite, ellas van a estar y van a ir conmigo a todas -dice determinada-. ¡Las quiero un montón!
¿Tienes algún referente, una persona que te inspire? ¿Quién?
Desde hace muchos años, me inspira Amancio Ortega, el dueño de Zara, porque es una persona muy humilde y que desde la modestia, construyó todo lo que conocemos hoy. Me inspira mucho a poder ser como él, a lograr todo aquello que ha logrado y también poder hacer que eso se mezcle con lo que me gusta: la acción social y los animalitos.
Basándote en tu experiencia, ¿cuál es la mejor parte de converger tu vida como ingeniera comercial, influencer y emprendedora? ¿Con cuál de estas tres te quedarías para continuar trabajando en el futuro?
La mejor parte de que estas tres cosas se mezclen, es que son herramientas complementarias. Ser influencer e ingeniera me ayuda mucho con mi emprendimiento. Ahora, si me tuviera que quedar con una de las tres, sería con la de emprendedora porque me encanta el ecosistema emprendedor -dice tajante-. Me encanta emprender, hacer nuevos negocios y todo eso. Creo que es lo que me ha inspirado a ser todo lo que soy, porque si no fuese por Kadú no hubiese estudiado Ingeniería Comercial, y de no ser por mi emprendimiento, creo que tampoco me habría atrevido a ser influencer. Todo convergió para impulsarme a ser lo que soy en la actualidad.
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