El peronismo y la ultraderecha son las posturas contrapuestas para las elecciones presidenciales argentinas donde las encuestadoras no tienen claridad de quien podría ganar.
Por Catalina Mellado
Este domingo 19 de noviembre, 35 millones de argentinos elegirán quien será el próximo presidente de Argentina: el actual ministro de Economía del oficialismo, de Unión Por la Patria, Sergio Massa, o el diputado ultraderechista opositor de La Libertad Avanza, Javier Milei.
Es uno de los balotajes más polarizados de los últimos años con dos candidatos situados en las antípodas. Mientras Massa consiguió el apoyo de sectores de la Unión Cívica Radical (UCR) y de la mayoría de los gobernadores de Argentina, Milei logró el respaldo de la derecha.
La campaña de la segunda vuelta ha sido tensa, pero sin incidentes mayores, salvo que Milei ha levantado el tema de un posible fraude electoral, del que no ha mostrado pruebas. Su estrategia ha sido similar a la que usaron Jair Bolsonaro en Brasil y Donald Trump en Estados Unidos, de anticipar un posible fraude en las urnas.
Massa fue el candidato más votado en la primera vuelta, con un 36% de los votos, contra el 30% que logró Milei. Los últimos sondeos no demuestran una variación muy notoria entre los números, especialmente después de que Patricia Bullrich, la tercera candidata más votada el 22 de octubre, de la derecha tradicional, decidió apoyar a Milei.
Milei es un candidato de un lineamiento de ultraderecha, que busca reducir el rol del Estado y eliminar el Banco Central. Entre sus principales propuestas está la dolarización, la unificación del tipo de cambio, reducir los gastos estatales y la privatización de empresas públicas. Espera quitar de manera progresiva las ayudas sociales. Además, está en contra del aborto y a favor del libre comercio de órganos y de la circulación de armas.
La apuesta del peronismo es Massa. Si gana, velará por un Estado fuerte que garantice los derechos de la ciudadanía y se posiciona como la antítesis de Milei, diciendo que promueve todo lo que su adversario quiere destruir. En el último debate presidencial informó que, de llegar a la Casa Rosada, dedicará ocho puntos del Producto Interno Bruto (PIB) a inversión en educación, mientras que a las universidades les dedicará 1,5 puntos.
Argentina sufre una de las peores crisis económicas de este siglo. En octubre la inflación mensual fue de 8,3%. A nivel interanual llegó a 142,7%. Informes del Banco Mundial anticipan que este año la economía caerá un 2,5%. A nivel social, durante el primer semestre el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que la pobreza superó el 40% con 18,6 millones de ciudadano afectados, mientras que la indigencia alcanza al 9,3% a nivel nacional.
A Martín Ruiz, un taxista nocturno de Buenos Aires, le preocupa lograr más estabilidad. Cuenta a Cooler que nunca sabe cómo estará el día de mañana: “Hace mucho tiempo que no tenemos previsibilidad, no sabemos el valor de las cosas debido a la inflación. Todas las semanas cambian los precios, el argentino llega al día 20 de cada mes y no tiene más plata…”, asegura.
Las encuestas
El diario “El País” (España) estimó un promedio de las últimas 15 encuestas, lo que arrojó un resultado que dejaría a Milei como ganador con un 51,1% y a Massa con 48,8%. Muchas encuestadoras arrojan números en que la diferencia está en el margen de error, lo que hace inciertos los pronósticos.
Las consultoras plantean que será clave el voto de los indecisos, cerca del 10% del padrón. Según estas empresas, en realidad los indecisos tienen clara su decisión, solo que prefieren no compartirla. En este grupo podría incidir el resultado del debate de los candidatos el domingo pasado, en el que según los medios se impuso Massa con claridad sobre Milei.
Para Antonio Véliz, portero de Palermo, un barrio bonaerense de clase alta, la mayor preocupación al votar es no saber a quién puedes votar “porque estos dos personajes no satisfacen al argentino común o al trabajador”.
Lo que explica que el país haya elegido para el balotaje a estos dos candidatos, según el analista internacional Christa Chellew, es la profunda crisis económica y sanitaria, particularmente fomentada por las consecuencias del Covid-19. “En estos escenarios, figuras como Milei agarran fuerza discursivamente por que entregan una solución alternativa a la crisis, pero tiene la debilidad de que poner en práctica muchas de sus propuestas será un desafío que perfectamente podría generar otra crisis”.
Para Chellew todo esto se desarrolla en un contexto donde ambos candidatos cuentan con votantes convencidos. “La crisis institucional Argentina lleva años levantando candidatos que presenten propuestas alternativas (en este caso representado en Milei, pero que años atrás fue levantado Macri con un propósito similar) al establishment (representado en Massa).”
A María Forcada, una artista y profesora de la Universidad de Cuyo en Mendoza, le preocupa que gane una propuesta “antiderechos, negacionista de las atrocidades cometidas en la dictadura y ´vendepatria´ a los intereses de grupos reducidos multinacionales”.