En tres semanas más, el domingo 30 de octubre, los brasileños elegirán en las urnas al presidente que gobernará los próximos cuatro años al mayor país latinoamericano. Dos nombres coparán los escaparates, redes sociales, noticias y discusiones en estos días: Lula Da Silva y Jair Bolsonaro. El primero busca regresar al Palacio de Planalto tras estar preso y ser declarado inocente por la justicia, y el segundo, mantenerse en el gobierno para profundizar su agenda conservadora. Revisa en Cooler las cinco claves de la batalla electoral entre la izquierda y la ultraderecha que representan los candidatos, respectivamente.
Por Andrés López
La noche de la primera vuelta
Con cerca de 58 millones de votos, (48,43%), Lula Da Silva ganó la primera vuelta. Detrás de él lo sigue el actual mandatario, Jair Bolsonaro, con más de 51 millones de votos (43,20%). A pesar de la derrota, desde el comando de Bolsonaro sacaron cuentas alegres. Todo esto porque si bien las principales encuestas le apuntaron al resultado de Lula -pronosticaron entre un 48% y un 51%-, subestimaron al candidato del Partido Liberal, quien obtuvo una votación muy superior a la esperada. Incluso, superó la votación que consiguió en la primera vuelta en 2018. Aun así, Bolsonaro es el primer presidente brasileño que busca la reelección y que obtiene el segundo lugar.
Caballo pillado, caballo ganado
No fue hasta alrededor de las ocho de la noche en que Lula pudo alcanzar a Bolsonaro, quien lideró durante gran parte del conteo, antes de ser superado por el exmandatario. La explicación tiene relación con la correlación de fuerzas en términos geográficos en Brasil. Los votos de la zona sur, como Porto Alegre o Sao Paulo, fueron escrutados antes y estos son sectores que tradicionalmente han votado por la derecha. Los últimos votos en ser contabilizados fueron los del noreste y norte, como Recife o Manaos, en donde el Partido de los Trabajadores tiene un importante arraigo. De esta forma, muy probablemente se repita el escenario del balotaje de 2014, entre Dilma Rousseff y Aécio Neves, cuando en el conteo la candidata del PT superó a su contendor recién al escrutarse cerca del 80% de los votos.
Elecciones parlamentarias: el verdadero triunfo bolsonarista
Lo que sí pudo ser motivo de celebración en el comando del actual presidente fueron los resultados obtenidos en las elecciones de gobernadores, legislaturas de los Estados, las diputaciones federales y parte del senado federal. En el caso de la Cámara de Diputados, el Partido Liberal tuvo un importante crecimiento en sus escaños, pasando de 77 a 98, por lo que junto a sus aliados, los Republicanos y los Progresistas, se hicieron con la mayoría de la Cámara. El Partido de los Trabajadores, en tanto, quedó en segundo lugar de las fuerzas políticas más votadas, pasando de 56 escaños a 68, que junto a sus aliados, como los Comunistas o los Verdes, no alcanzan a superar a las fuerzas conservadoras. En el Senado la situación no fue distinta. El Partido Liberal se hizo con 13 escaños, es decir, el 25% de los electos. Si Lula triunfa, deberá gobernar con un parlamento en contra; si gana Bolsonaro, tendrá mayores posibilidades de imponer su agenda.
Golpe a golpe, voto a voto
A pesar de la importante ventaja de cerca de ocho millones de votos que obtuvo Lula, fue el resultado más estrecho en una primera vuelta desde el retorno de la democracia en 1985. La candidata de centro, Simone Tebet, logró el peor resultado de la historia para un tercer puesto. Aun así, su 4,16% puede mover la aguja hacia Lula o Bolsonaro. Esto porque el cuarto lugar, Ciro Gomes, con un 3,04%, ya entregó su apoyo al expresidente de Brasil y muy probablemente lo siga su electorado, caracterizado por ser socialdemócrata. Los votos a disputar están en la testera de Simone Tebet, quien ya anunció su apoyo al candidato del PT. El dilema está en cuánta capacidad tiene la candidata de movilizar a sus electores, porque entre sus filas se respira un importante aire de «antipeteísmo». Bolsonaro, en tanto, tendrá que lograr votos entre quienes se abstuvieron y en los díscolos votantes de Tebet, si quiere derrotar a Lula.
El bolsonarismo llegó para quedarse
Si algo quedó claro en esta elección es que la avanzada bolsonarista aumentó su fuerza política. Así, este domingo 30 de octubre, no solo se votará el balotaje presidencial, sino también las elecciones de gobernadores que pasaron a segunda vuelta. La principal disputa está en Sao Paulo, donde Tarsicio de Freitas, el candidato de Bolsonaro, corre con ventaja para derrotar Fernando Haddad, candidato de Lula. Un triunfo para el PL le aseguraría tres de las cuatros gobernaciones más importantes al actual mandatario, tras su victoria en Río de Janeiro y Minas Gerais, dejando a Lula con solo una gobernación relevante políticamente, como Bahía, que también va a segunda vuelta y donde se anticipa que el PT se impondrá. Así, incluso si no es electo, Bolsonaro y su agenda están lejos de desaparecer del mapa.