Por Andrés López Awad
Un fantasma recorre Europa: el fantasma de la guerra. Durante el último mes la pandemia mundial pasó a segundo plano en las grandes portadas de los principales periódicos europeos, dando pie a las noticias que cubren el enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania. Se dice que la guerra es la derrota de la política y, en esa misma línea, Francia vivirá este domingo el evento ancla de la politique: las elecciones presidenciales.
Emmanuel Macron buscará la reelección, mientras al acecho de su cargo le siguen Marine Le Pen, candidata conservadora de la ultraderecha, y Jean-Luc Mélenchon, candidato de la izquierda populista. Las últimas encuestas sitúan al actual mandatario liderando las preferencias con un 29%, mientras que sus más cercanos contendores, le siguen con un 22% y 16%, respectivamente.
Premio doble
A diferencia de elecciones anteriores, el conflicto armado que se vive en Ucrania afectó directamente el formato de la campaña presidencial, ya que encuentra a Francia como uno de los líderes de la Unión Europea, tras el retiro de Angela Merkel como Canciller de Alemania. Por ello, quien se convierta en Presidente tendrá nuevos e importantes desafíos que enfrentar, no solo en su política doméstica, sino también a nivel geopolítico. Para el analista internacional de la Universidad de Utah, Daniel Echeverry, «Francia está capitalizando el tema de Ucrania, la importancia de las sanciones a Rusia y la vitalidad de la OTAN. Todos temas en los que Macron se diferencia de los otros candidatos franceses y está más alineado con el pensamiento y valores de la Unión Europea».
Macron podría convertirse en el primer Presidente en Francia en ser reelecto en 16 años, por lo que, para el experto, su candidatura enfrenta una prueba de fuego: «Su apoyo por los valores europeos y la legitimidad que le daría ser reelegido en el segundo país más importante de la Unión Europea después de Alemania, le daría peso político e influencia sobre otros líderes europeos. Sumado a que su candidatura representa continuidad y moderación, lo que está totalmente alineado a la UE».
La discusión interna
Hay mucho en juego en esta elección. La imagen de Francia en la Unión Europea y su papel en Naciones Unidas son algunas de ellas. Aristas sobre las cuales las tres candidaturas generarían efectos distintos. Sobre la segunda en carrera, Marine Le Pen, Echeverry dijo a Cooler que «en parte de Europa los partidos se han ido moviendo hacia la derecha. Esto ha dividido a la izquierda y ha hecho que políticos que antes eran considerados de derecha, hayan pasado a ser ultra, haciendo que el discurso antislam, antimigración, el discurso antieuropeo y de seguridad extrema, ya no solo se escuche en rostros como Le Pen. Eso se traduce en votos: al votante ya no le genera tanto rechazo una propuesta ultranacionalista».
Je suis chilien
Manol Labra y Séverine Cazaux son franceses radicados en Chile y miran con especial atención lo que sucederá este domingo en Francia. Él considera deficiente la gestión de Macron y contó a Cooler que «el liderazgo que se necesita -no pensando en reconstruir el pasado- debe ser uno que le vuelva a dar una identidad cultural que se ha perdido y que es muy necesaria para la cohesión de la república francesa». Ella considera que Francia requiere «liderazgos generosos que le hablen a las mayorías, sin quedarse entrampados en estrecheces ideológicas, que fortalezcan y amplíen los servicios públicos, que tengan una visión clara de Estado y sepan ser audaces en el abordaje de las crisis globales».
Ambos se sienten decepcionados por la gestión de Macron del conflicto entre Rusia y Ucrania, en pleno periodo electoral. Cazaux cree que «hubo una decisión entre estratégica y demagógica de elegir a Rusia como el enemigo absoluto e indiscutible. La democracia siempre se defiende cuando es conveniente». Labra dijo a Cooler que «él ha tenido que enfrentar el conflicto como un candidato a Presidente y no como un Presidente y eso lo ha hecho tomar decisiones que buscan posicionarlo como un hombre fuerte o bajo los lineamientos estratégicos de campaña, lo que es muy triste para la política de Francia».
No están muy motivados con la elección. Si llegan a votar no lo harán por ninguno de los tres principales competidores. Él está evaluando darle su voto a Yannick Jadot, de los ecologistas. Ella probablemente vote por Fabien Roussel o Philippe Poutou, aunque sin mucha convicción. Ni Macron, ni Le Pen, ni Mélenchon. «Los liderazgos caudillistas son peligrosos», asegura Séverine.