El jefe de la cartera, Nicolás Grau, informó que se reunirá con la empresa para buscar «alternativas que permitan dar continuidad a la operación», tras un anuncio de cese de actividades indefinido de la empresa, que acusó competencia desleal de la industria del acero chino, lo que dejaría a unas 20 mil personas sin empleo en la región.
Durante esta jornada, el ministro de Economía, Nicolás Grau, reaccionó al anuncio de la siderúrgica Huachipato sobre la suspensión de sus actividades a plazo indefinido. Un aviso de cierre que surge ante la compleja situación de la compañía nacional al competir contra el poderoso mercado del acero chino—siendo este hasta un 40% más barato— industria a la que recientemente se aplicaron sobretasas arancelarias luego de que la Comisión Antidistorsiones hallara evidencias de dumping (competencia desleal) por parte de empresas estatales del gigante asiático.
Por ello, un comunicado de la cartera liderada por Grau informó que el ministerio se reunirá mañana con la siderúrgica para «estudiar alternativas que permitan dar continuidad a la operación», intervención que de ser exitosa podría revertir las intenciones de cierre de la importante compañía nacional.
«Competencia desleal»
Desde la empresa siderúrgica Huachipato, acusan que es imposible competir con sus contrapartes chinas, a pesar de haberse aplicado las sobretasas transitorias recomendadas por la Comisión Antidistorsiones. Si bien en la compañía aseguran que esta medida es insuficiente para nivelar el terreno, desde el gobierno indican que la propuesta aplicada al mercado chino es la más alta en décadas.
Sobre la materia, Julio Bertrand, presidente del directorio de la siderúrgica, expresó que las autoridades de la compañía se vieron «en la obligación» de cerrar las operaciones ante la resolución emitida por la comisión, y añadió que, «lamentamos la pérdida de una empresa emblemática para la región del Biobío y Chile, que habría sido fundamental en el desarrollo sostenible y la innovación del sector industrial y minero en nuestro país».
En una línea similar, el comunicado emitido por la empresa afirma que, si bien agradecen que se hayan reconocido las irregularidades en la importación de acero chino, la determinación final «impide a la empresa competir en igualdad de condiciones», justificando así la «dolorosa decisión».
Además, precisan que el proceso paulatino de suspensión tomaría un total de tres meses en completarse, y que sólo se detendrá la actividad siderúrgica, no así sus operaciones portuarias y de servicios logísticos.
Cabe señalar que la sobretasa hacia los proveedores chinos solicitada por Huachipato para proseguir su funcionamiento era de un 25%, mientras que la medida final consideró un promedio de sólo 15,3%.
“Golpe de gracia”
Pero los problemas de la empresa basada en el Biobío preceden la problemática de competencia con el acero chino. Según Carlos Smith, economista y académico de la Universidad del Desarrollo, la eventual caída de Huachipato era predecible por sus pérdidas sostenidas: “viene con problemas hace una década, una empresa que pierde más de un millón de dólares al día. Por lo tanto, esta situación particular viene a hundir, a ponerle la lápida a esa empresa que si bien parte con 2 hornos, uno solo estaba funcionando, por lo tanto era algo que a lo mejor se veía venir.”
Por consiguiente, según el experto, la determinación de la Comisión Antidistorsiones sólo habría sido el “golpe de gracia” para hundir a una empresa con una permanente imposibilidad de adaptarse a la evolución del mercado, incluso en períodos previos al dumping.
En cuanto a la intervención del Gobierno para intentar revertir el cierre, el economista percibe un riesgo en caso de que se aumenten las sobretasas hacia las empresas chinas, por el valor del gigante asiático como socio comercial y el poder que tiene de imponer represalias. También precisó que el aumento sólo afectó a algunas de las empresas que compiten con Huachipato, y que, al tratarse de compañías de propiedad del estado chino, el tráfico de productos podría intensificarse por otras vías para evadir las medidas, por lo que el aumento del porcentaje sería más bien “un respiro” seguido de una reconfiguración de la industria oriental para mantener los niveles de flujo comercial en el país.
En base a esto, Smith sostiene que el curso de acción del Gobierno debería estar orientado a “generar un plan de cierre bien hecho, ordenado y además impulsar otros proyectos que tiene la empresa como el acero verde”, otra de las grandes apuestas de CAP -matriz de la siderúrgica- que podría crecer como industria y ayudar a suplir las consecuencias del cierre.