Era la oportunidad de Eduardo Berizzo para el oro, pero la plata no luce nada mal. El estadio Sausalito fue testigo de la gran actuación de la “Rojita” ante Brasil para plantarse en el podio.
Por: Nicolás Kuncar Salvador
La localía de la “Rojita” se sintió desde el himno en el estadio Sausalito. Los primeros 20 minutos solo demostraron que los nervios son uno más en cancha. Los flechazos al ataque de la mano de Aravena, para Chile marcaron la pauta cuando el partido estaba en pañales. Brasil aún no lucía ese “joga bonito” con el que solían deslumbrar. En el Sausalito era de tú a tú.
De aquí para allá, la pelota era color rojo, pero el partido era para cualquiera. Hasta el minuto 38 era difícil apostar por uno, a pesar de la posesión chilena.
A los 40’ pusieron cintas amarillas para Brasil y se desató el peligro chileno. Con un palo de Damián Pizarro, el estadio entero se llevó las manos a la cabeza. Sin alcanzar a bajarlas, el mismo “18” sacó una corrida digna de maratonista y, en la agonía, Maximiliano Guerrero encontró el “busca piernas” para sobreponerse a los “Brazuca” y el Sausalito se sacó toda la tensión de los minutos finales en un grito al unísono.
Gentileza de Carlos Parra
Pitazo inicial del segundo tiempo y el partido venía caliente desde el primero. La desesperación brasileña era evidente hasta al menos el minuto 60’. Despejes a la nada, patadas y las faltas eran la evidencia de su juego. Chile controló el partido y la confianza de estar en casa quedó plasmada en cada pase.
Tuvieron que pasar 63 minutos para que la verdeamarela tuviera una ocasión clara del gol. Un disparo desviado y fueron unos diez centímetros los que les negaban la gloria. La tónica del partido a estas alturas se había emparejado en comparación a la superioridad que tuvo Chile previamente. Con la defensa más adelantada y el mediocampo en modo ofensivo, la estrategia para dejar el oro en casa era atacar.
Entre los minutos 70 y 80, la pelota no sabía quién era su dueño. En el minuto 75 una oportunidad para Chile respaldaba que la “caprichosa” era nuestra.
La tensión en el estadio en los últimos 10’ era tan grande que un mal movimiento lo podía cortar. El Sausalito pedía otro gol más a “la Rojita” y así sellar el sueño dorado. Las pelotas detenidas congelaban los suspiros de los espectadores.
No les importaron las advertencias a los dirigidos por el DT brasileño Menezes y en un tiro de esquina igualó todo en la cancha y los puso nuevamente en el round por la presea máxima. Dos cabezazos en el área siempre terminan en gol, como dice la opinión popular, pero en el área de Bryan Cortés fueron tres. Empate 1-1 que auguraba un alargue.
Los últimos minutos fueron un relleno sin un desenlace. A pesar de que ambas selecciones buscaron el preciado gol de oro, el marcador se quedó 1-1.
Termínelo “profe”
Un Brasil con nuevos aires entró al tiempo extra de 30 minutos. El encuentro no era apto para hipertensos. Pasaban los minutos y, aunque cualquier paso en falso valía la altura del podio. Los equipos no se hicieron daño. Con la expulsión del asistente técnico del conjunto amarillo, al 102´, parecía que los jugadores corrían sobre lava.
La selección brasileña buscaba los penales, su juego ya no era el mismo de los 90 minutos y era la salida más fácil. Chile cayó en su táctica y el cansancio era evidente. Cada choque en este tiempo extra era un grito reprimido. Parecía el tiempo de las cruzadas, porque ambas selecciones iban a matar o morir.
Con una gran actuación de Damián Pizarro, el “Monito” Aravena, César Pérez y Felipe Loyola, el árbitro ecuatoriano le dio tregua a la guerra para medirse en ese “último esfuerzo”.
Un duelo a 12 pasos
Sorpresivamente, Cortés elige pararse bajo los 3 palos en el primer penal. Esa es la confianza que tuvo Chile durante los 120 minutos. La localía jugaba a favor.
Nacimiento se para frente al balón y con un tiro cruzado, fue gol para Brasil.
Zaldivia anotó para Chile con un penal correcto.
Ronald con la 5, el autor del gol no tuvo piedad y uno más para los amarillos. La tocó Cortés, pero no fue suficiente.
Villagra erró su penal con un tiro al paralelo. Micael voló y salvó a su selección.
Figueiredo para la verdeamarela. Con un penal fuerte y abajo, el portero chileno tuvo una notable atajada hacia su costado izquierdo.
Fuentes lo iguala todo. 2-2 con un disparo a sangre fría.
Miranda espectó el arco y chutó. Su tiro abrazó las redes chilenas.
Montes para Chile… con un tiro muy optimista al ángulo superior izquierdo la pelota se despidió del campo de juego, por sobre el travesaño, Los festejos brasileños comenzaron.
Si Brasil convertía el quinto penal se quedaba con el oro. Y así fue. No perdonaron. Micael con la mirada fija parecía buscar esa presea deseada y venció a Cortés en los doce pasos. 4-2 para Brasil y a Chile le tocó conformarse con la plata, a pesar de haber sido más en los 120 minutos en el Sausalito.