Tras nueve días de conflicto armado entre Hamás e Israel, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pisó suelo israelí con la finalidad de brindar su apoyo, además de culpar al grupo terrorista del ataque a un hospital en la Franja de Gaza. «Según lo que he visto, parece que lo hizo el otro bando. Pero hay mucha gente que no está segura», dijo.
Por Diego Cabanillas
El pasado 7 de octubre un ataque del grupo yihadista Hamás a Israel dejó al menos 1.400 muertos, la mayoría civiles, además de la toma de cientos de rehenes, según las cifras del gobierno israelí. Roni Kaplan, portavoz del ejército del país, declaró que: «esta es la mayor matanza de judíos en 24 horas desde el holocausto». Desde entonces, Israel y la zona de la Franja de Gaza, territorio donde opera el grupo Hamás, se ha visto envuelta en el peor conflicto bélico de los últimos años con lanzamientos de misiles diarios.
Israel dedicó una serie de bombardeos a distintos puntos sobre la Franja de Gaza para erradicar a Hamás. Los ataques aéreos han dejado de momento más de 3.300 palestinos muertos, según el Ministerio de Salud de Gaza. Otra de las medidas que ejecutó el gobierno israelí fue un asedio completo sobre Gaza, impidiendo el suministro de electricidad, combustible y alimentos, lo que complicó aún más la crisis humanitaria para las más de dos millones de personas atrapadas en la zona.
La Franja de Gaza cuenta con una extensa población de palestinos, quienes se han visto atrapados entre el fuego de ambos bandos. Si bien el gobierno de Israel hizo un llamado a evacuar la zona, lo cierto es que las personas de aquel país no tienen a donde escapar, ya que había oposición por parte de los dos países aledaños: Israel y Egipto, de permitir que estos ingresen a sus naciones. Es por esto que desde la ONU e incluso Estados Unidos han hecho un llamado a la apertura de un corredor humanitario con tal de darle salida a la población.
Bombardeo al hospital en Gaza
Uno de los peores hechos ocurrió durante la madrugada del 17, cuando un hospital en Gaza fue bombardeado y dejó 500 muertos, según el Ministerio de Salud de Gaza. Hamás e Israel se culpan mutuamente. A raíz de la matanza, el grupo Libanés Hezbolá pidió que el día miércoles sea «un día de ira sin precedentes», sobre Israel. «Todos los comunicados de condena y las denuncias ya no son suficientes, llamamos a las gentes de nuestra nación árabe e islámica a que tomen acciones inmediatas en las calles y plazas para expresar su intensa ira y poner presión sobre los gobiernos», dice el comunicado.
A las amenazas por parte del grupo armado se suman a las del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, quien acusó a Estados Unidos e Israel del ataque, además de entrever una represalia. «Las llamas de las bombas estadounidenses e israelíes lanzadas esta noche sobre palestinos inocentes que reciben tratamiento por heridas en el hospital de Gaza pronto envolverán a los sionistas”, indicó la autoridad iraní en su cuenta de Twitter. Raisi ha declarado abiertamente su apoyo a «la legitima defensa palestina».
El diario The Wall Street Journal indicó que funcionarios de seguridad iraníes ayudaron a planificar el primer ataque a Israel, citando a altos miembros anónimos de Hamás y Hezbolá. La república islámica negó dicha información.
A raíz de la masacre en el hospital, ocurrieron una serie de ataques por parte de manifestantes a las embajadas de Estados Unidos en el Líbano e Irak y las de Israel en Turquía y Jordania, además de manifestaciones en Irán, que incrementan aún más la tensión en Medio Oriente. A lo anterior se debe sumar el enfrentamiento armado en la frontera del Líbano con Israel y los bombardeos israelíes en Siria.
Biden respalda a Israel
En su llegada a Israel, el mandatario estadounidense, Joe Biden, declaró su apoyo a la versión israelí sobre el bombardeo. “Me entristeció e indignó profundamente la explosión de ayer en el hospital de Gaza. Y según lo que he visto, parece que lo hizo el otro bando», declaró.
“Los estadounidenses están de luto contigo. Están preocupados, porque sabemos que este no es un campo fácil en el cual manejarse”, le dijo Biden al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. El presidente recalcó la importancia de asistir personalmente como señal para el resto de naciones democráticas. “Quería que el pueblo de Israel supiera cuál es la posición de Estados Unidos», agregó.
La reunión dio como resultado la aprobación de la entrada de ayuda humanitaria limitada a Gaza desde Egipto, según ha dicho la oficina del primer ministro, Netanyahu. Israel permitirá que ingresen suministros, mientras solo sea alimentos, agua y medicinas. Desde hace días los contenedores con ayuda humanitaria en el Paso de Rafah están listos a la espera de la aprobación de Netanyahu para su traslado. Aún así, no hubo claridad de cuando comenzaría la operación.
La iniciativa venía siendo solicitada por Estados Unidos. Sin embargo, Israel se mantiene firme en no permitir asistencias provenientes desde su territorio hasta que Hamás libere a los rehenes.
Hablan los especialistas
Los cientistas políticos Mathieu González y Fernando Wilson dieron un seminario en la Universidad Adolfo Ibáñez donde hablaron sobre el conflicto en Medio Oriente. Los analistas creen que la complejidad del conflicto radica en la toma de decisiones de Israel, debido a la proporcionalidad. En esta línea, ambos concuerdan en que esta guerra no le convenía a ninguna potencia extranjera.
«Hamás no puede considerarse como un grupo pro palestino, más bien es un grupo que tiene tan secuestrada a la población de Gaza como a los propios rehenes israelíes», dice Wilson. El especialista cree los grupos radicales islamistas, incluido el propio régimen iraní -aunque no se puede afirmar si están involucrados en el ataque o no- están en contra de la firma de normalización en las relaciones entre Arabia Saudita e Israel.
Wilson apunta a la construcción de un califato que abarque toda Asia como objetivo de Hamás. «Están buscando impedir que Israel salga de su aislamiento en su relación con los estados árabes del Golfo Pérsico», dice. «A nadie le interesa esta guerra, por lo que incluso varios estados árabes musulmanes, particularmente Egipto, no ven con malos ojos que Israel reduzca el poder de combate a Hamás», agrega.
González explica que, si bien las acciones de Israel pueden ser consideradas como justificadas al ser una autoridad legítima, no todo ataque dentro de Gaza lo es. «Cada acción tomada por Israel debe ser analizada en particular y en ese caso rige el principio de proporcionalidad”, dice. En esta misma línea, González dice que jamás se justifican las violaciones a los derechos humanos y que en un conflicto armado se debe alejar lo más posible de la población civil.
El especialista cataloga a Hamás como un grupo kamikaze que basa su lógica de martirio en un componente religioso, además del odio. «Son un grupo que surge radicalizado que busca el chantaje primero a la sociedad musulmana y luego a sus enemigos culturales o religiosos externos», explica. En este sentido, González destaca que el objetivo del grupo es la destrucción de occidente.
«La visión del conflicto va a depender mucho de cómo se haga la operación militar (…) porque entre más pase el tiempo y más muertos civiles hayan, va a quedar en el olvido la masacre de los milicianos de Hamás”, destaca. González cree que el grupo yihadista buscará prolongar lo máximo posible el conflicto, mientras que Israel buscará terminarlo antes posible.
Proyecciones del conflicto
Los analistas creen que la guerra no debería extenderse más allá de dos meses, debido a la diferencia logística. «El ejército israelí tiene una capacidad operativa más grande que todos los países europeos combinados», dice Wilson. Además que ninguna potencia sale favorecida del conflicto, por lo que «si la racionalidad prevalece» el conflicto no debería ser de larga extensión.
«Está la posibilidad de que Hezbolá entre en la guerra», explica González. Aunque no cree que Irán se sume de manera directa, ya que no tiene la capacidad logística para mandar a su ejército atravesando Irak y Siria, porque serían destruidos inmediatamente por la aviación israelí.