Editorial: No al racismo

Por equipo Cooler

El deportista brasileño del Real Madrid Vinicius Junior fue nuevamente objeto de gritos racistas durante el partido que disputó el equipo merengue contra Valencia por la liga española, el pasado domingo 21 de mayo. Durante el segundo tiempo de la contienda, el público valenciano se sumó al grito de «mono» contra el delantero. La Federación Española castigó al Valencia con una multa de 45 mil euros, al estadio durante cinco fechas y eliminó la tarjeta roja con la que fue expulsado el jugador.

Como equipo Cooler expresamos nuestra condena más enérgica a los gritos racistas de la multitud contra Vinicius Junior.

El delantero ha sido objeto de discriminación por parte del público en numerosos partidos de La Liga durante las dos últimas temporadas: esta es la enésima agresión racista que sufre.

“No fue la primera vez, ni la segunda ni la tercera. El racismo es normal en La Liga”, compartió el jugador en una publicación en Instagram. “El campeonato que una vez perteneció a Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi, hoy pertenece a los racistas. Soy fuerte y llegaré hasta el final contra los racistas. Aunque esté lejos de aquí», agregó.

Posteriormente, Vinicius Junior compartió un video que reúne momentos donde demuestra distintas situaciones de racismo en el Real Madrid.

¿Cuánto más tiene que pasar? ¿Cuándo van a criminalizar a estas personas? ¿Y sancionar a los clubes? Estas no son prácticas aisladas y no ocurren solo en España.

Veamos como estamos por casa: el clásico entre San Marcos de Arica y Deportes Iquique fue suspendido en 2014 por los insultos racistas del público al jugador venezolano Emilio Rentería. Durante las clasificatorias para el Mundial de Qatar 2022 la FIFA castigó a la Federación de Fútbol de Chile con 40 millones de pesos por comportamiento discriminatorio de los hinchas en el duelo contra Brasil. La denuncia por racismo de Job Bogmis, delantero camerunés de Universidad de Concepción, quien terminó entre lágrimas un encuentro con Santiago Wanderers.

No basta con las sanciones, por fuertes que estas sean. Las respuestas requieren también de educación. Las conductas racistas reflejan los problemas culturales y educacionales que tenemos como sociedad. Nosotros, como Cooler, repudiamos todo acto y conducta racista y estamos atentos para denunciarlos.