El informe del Banco Central contiene nuevos datos y predicciones protagonizados por el complicado momento financiero que atraviesa el país, con foco en el futuro comportamiento de la economía que sigue afectando el bolsillo de los ciudadanos y no da tregua al comercio.
Por Gonzalo Slako H.
En la “La Librería” de Coyhaique están todos preocupados. Es la primera vez que han tenido que cobrarle 400 pesos a uno de sus clientes por un lápiz grafito, un aumento forzoso del 166,67% respecto al precio de apenas 150 unidades de la misma moneda que se había mantenido durante décadas. Y aunque a esa escala el cambio pueda parecer insignificante, Ximena Figueroa, dueña del local y directora del Barrio Comercial de la localidad, asegura que este tipo de alzas se replican en la gran mayoría de su stock, con especial notoriedad en los productos importados.
El fenómeno que aqueja a Figueroa y a muchísimos más locatarios a nivel nacional es consecuencia de las condiciones económicas que atraviesa el país actualmente, varias listadas en el Informe de Política Monetaria (IPoM) del Banco Central, emitido a inicios de septiembre. Los principales puntos no son nada nuevo; la inflación sigue en el aumento sostenido que, según las proyecciones del órgano estatal, debería empezar a bajar “en los próximos meses”. De la mano van la escalada del Índice de Precios al Consumidor (IPC), la caída en el Consumo Privado y la depreciación del peso. Lo más rescatable entre los datos es la cercanía que alcanzan los empleos a su nivel prepandemia, tendencia que se viene apreciando hace un tiempo.
En el plano internacional, el actuar de los bancos centrales ante la inflación abre la puerta a una posible recesión global el año próximo. Continúa también la incertidumbre del conflicto en Ucrania y persisten los problemas con el suministro de gas en Europa. Pero si ninguno de estos datos representa una gran sorpresa en cuanto a la economía, ¿por qué y cómo afecta todo esto a los locatarios y las empresas en general?
“La Librería” tiene algunas de las respuestas.
El golpe de la inflación
El Banco Central incluye en su portal web del IPoM que “la inflación ha seguido aumentando, afectando los ingresos de las familias y empresas”, y tanto Figueroa como su local se ven representados en esa frase. En este contexto, el aumento de los precios ha sido más rápido que el aumento de los sueldos, por lo que disminuye el poder adquisitivo de las familias. Los precios disparados actuales se deben mayormente a factores externos que repercuten en Chile como efecto de la globalización económica, que actúa como una red que une a todos los mercados en un solo sistema mundial.
Por ello es posible que algo tan remoto geográficamente como el conflicto entre Rusia y Ucrania afecte a los chilenos de manera tan directa, porque las partes que conforman la economía global son interdependientes. Esto es notorio en los altos precios de combustibles y las dificultades que han surgido en las cadenas de suministro.
En el caso de “La Librería”, no es el lápiz grafito como tal el que subió de precio, sino el proceso que conlleva llevarlo desde la fábrica hasta el local, pues el pequeño objeto debe salir desde Alemania y recorrer un largo trayecto hasta Coyhaique, sustentado en su mayoría por combustibles fósiles, aquellos que se han disparado en precio últimamente. Así, el servicio de transporte de mercadería sube al mismo tiempo que asciende algún otro proceso que provea las materias primas para los lápices en la fábrica europea. Este efecto dominó acaba por traducirse en el aumento del precio al consumidor
Figueroa se especializa en productos importados, por lo que los efectos de la inflación han impactado su stock fuertemente. El estado de los precios del Barrio Comercial combinado con el degradado poder adquisitivo de su clientela ha tenido un efecto en la frecuencia de las ventas: “A partir de mayo bajaron muchísimo, fue un quiebre (…) en julio [también] estuvo muy malo pese a que hubo mucha liquidación”, explicó.
El próximo trimestre
Ante la problemática anterior, las esperanzas tanto de Figueroa como del Banco Central se encuentran fijas en lo que ocurra en los próximos meses. El ente financiero proyecta que dentro del último trimestre de este año se debería poder observar el inicio de la baja en la inflación que eventualmente daría lugar en 2023 o inicios de 2024 a cifras cercanas a la meta fijada por ellos, esto si la economía nacional se sigue “ajustando”. Esto significaría disminuir el actual registro (13,1% anual en julio) a un 3% anual. Sin embargo, estos números han despertado críticas como las de la consultora Gemines, desde donde se acusa al BC de excesivo optimismo en el informe.
Puede que estas altas expectativas desde el Banco Central tengan que ver con aquello en que Figueroa y los miembros del Barrio Comercial posan sus esperanzas; el período de activación económica que se genera por las fiestas de fin de año y la llegada del verano. En los locales creen que la combinación entre las festividades y la potencial llegada de viajeros tras el fin de las restricciones sanitarias podría volver a convertir a Coyhaique en un imán turístico y así hacer un poco más ligero el agobio financiero.
El momentum del empleo
Como se ha venido apreciando en el período reciente, las cifras de empleo han emprendido una paulatina recuperación desde su caída en picada en la llegada de la pandemia. Esto como efecto directo de la reapertura gradual de las actividades económicas cuando se comenzó a controlar el panorama sanitario, como el comercio presencial y el retorno del turismo. Actualmente, las ciudades del país funcionan con relativa normalidad y los niveles se acercan a aquellos que se registraban previo a la aparición del Covid-19, pero aun no es suficiente para revertir los estragos que dejó el virus en el mercado laboral. No obstante, Figueroa prevé que el porcentaje faltante podría hallar ocupación en el período de festividades mencionado anteriormente.
La locataria cree que la contratación de personal para ayudar a saciar la demanda durante las fiestas de fin de año podría ser la clave para terminar de levantar el empleo. “Ya tengo dos personas listas para trabajar, y si necesito más, contrataré” dijo. Asegura que los otros miembros del Barrio Comercial harán lo mismo: “Los hostales y los restoranes todos van a aumentar su contratación, puestos disponibles para es van a haber, estamos apostando a que ha a haber turismo”.