Durante cinco turbulentos años, el Cacique luchó contra viento y marea para coronarse nuevamente monarca del fútbol chileno. Desde una sequía de títulos hasta un casi descenso fue el infierno que debieron pasar para volver a la cima.
Escrito por Fernando Ríos
Tuvo que pasar un Estallido Social, una pandemia y una sufrida definición por salvarse del descenso para que Colo Colo volviera a gritar campeón. Luego de años de tormentosos episodios dentro y fuera de la cancha, el huemul de plata retornó al equipo más ganador en la historia de Chile, que ganó su corona 33.
El triunfo frente a Coquimbo Unido concluyó un ciclo de derrotas morales y deportivas, donde el equipo más popular del país siempre había quedado en segunda plana frente a uno de sus clásicos rivales: Universidad Católica. Este año, aprovechó además el errático rendimiento de sus pares.
Los años del terror
El camino no fue fácil. De hecho, difícil es decir poco. Luego de bajar la estrella 32, Colo Colo quedó en el quinto puesto el 2018 con 43 unidades, a diez puntos de un sorpresivo Deportes Antofagasta y clasificando a la Copa Sudamericana. El “Cacique” nunca se situó en el primer lugar, llegando a estar segundo sólo una fecha.
Posteriormente, la cosa no anduvo mejor. Los de Macul consiguieron un subcampeonato de forma forzosa. En medio del Estallido Social, el 29 de noviembre el comité de presidentes de la ANFP dio por terminado el campeonato, porque las protestas impedían el normal desarrollo de los encuentros restantes. 25 fechas se jugaron y todavía restaban seis más.
Con el torneo concluido, varios jugadores emigraron, entre ellos Estaban Pavez, Jorge Valdivia y Agustín Orión, todos seleccionados, este último en Argentina. En 2020, la restructuración del plantel fue evidente, aunque mantuvieron a dos veteranos del club: Carlos Carmona y Esteban Paredes. En tanto, surgieron desde las inferiores los nombres de Luciano Arriagada, Joan Cruz y Vicente Pizarro.
Pero la administración deportiva y financiera del club fue nefasta. Los gastos en fichajes superaron 1,5 millones de dólares, y gran parte se fue en la desastrosa transferencia de Nicolás Blandi. Para peor, Mario Salas fue sacado de la banca en la fecha cinco por malos resultados, siendo sustituido por Gualberto Jara como DT interino.
Hacia la decimocuarta jornada, Gustavo Quinteros asumió el rol de encomendar el rumbo, pero el daño ya estaba hecho. La dirección de Aníbal Mosa, enormemente criticada por los hinchas, llegó a la zona roja: últimos en su grupo de Copa Libertadores, sin Copa Chile por la pandemia y un paupérrimo rendimiento en el torneo nacional.
Parecía que la situación no podía empeorar para la escuadra alba… ¿Verdad? Pues sí que pudo, y bastante.
El 17 de febrero de 2021 fue un día que quedó impreso en las retinas de todos los colocolinos. Nadie habría imaginado que el “Eterno Campeón”, el equipo más exitoso en la historia del fútbol chileno, estaría al borde del descenso en una definición tan dramática. Ese día, Colo Colo estuvo a un paso de la mayor tragedia en sus 97 años de existencia.
Se salvaron de milagro, con un solitario tanto de la naciente joya alba argentina: Pablo Solari. El “Pibe” rescató a los albos esa tarde en Talca, relegando a Universidad de Concepción a la Primera B.
Encumbrar el rumbo
Después de ese día, algo cambió dentro del camarín. Era evidente de que había que hacer algo para volver a la cima. Hubo una metamorfosis en los jugadores que la temporada pasada no pudieron brillar como se esperaba. Poco a poco el nivel de juego subió conforme avanzaba la temporada.
De la pésima gestión en la ventana de traspasos de 2020, Maximiliano Falcón fue quién más destacó. Uruguayo de tomo y lomo, fue el patrón de la zaga alba y neutralizó a varios de los más letales artilleros del campeonato, como Fernando Zampedri, Joaquín Larrivey y Gonzalo Sosa, goleador de la edición 2020/2021.
Emiliano Amor, quien llegó a principio de temporada, se consolidó con Falcón en la defensa. Solari ganó confianza rápidamente, tuvo minutos y fue titular indiscutible. Leonardo Gil, motor del mediocampo, tuvo un rendimiento tal que incluso sedujo la idea de nacionalizarlo para llevarlo a la Selección. Iván Morales y Marcos Bolados completaron el equipo de Quinteros, con 18 tantos entre ellos dos en todo el torneo.
Pero eso no les alcanzó para evitar el tetracampeonato de UC. El elenco cruzado aprovechó los malos resultados albos en las últimas fechas y superaron a los del Monumental por seis puntos en la última jornada.
Pero, como el dicho, de atrás pica el indio. Así lo hizo Colo Colo.
La base de ese equipo que peleó el campeonato estaba. La partida de Solari a River Plate a mitad de año no se sintió como lo esperado, pues permitió el surgimiento de otras figuras como Alexander Oroz y Juan Martín Lucero, el delantero más efectivo del Cacique. Gabriel Costa, en algún momento criticado, también se lució en la tabla de goleadores.
Ganaron la Supercopa a principios de 2022. Fueron derrotados únicamente en tres ocasiones, y si bien no consiguieron ganar la Copa Chile o avanzar en torneos internacionales, el objetivo de Quinteros era claro: ganar la liga. Y así se demostró en el transcurso de casi todo el campeonato, pues desde la octava jornada nadie sacó a los albos del primer lugar.
Tras el pitazo final en el Francisco Sánchez Rumoroso, la algarabía alba se desató. Se sacaron de encima años de frustración y sufrimiento. Celebraciones tuvieron lugar a lo largo de todo el país. El Popular por fin volvió a sonreír. Las fechas restantes frente a O’Higgins y Ñublense serán un mero trámite para el Cacique que, después de cinco largos años, vuelve a gritar campeón al bajar la tan anhelada estrella 33.