Por: Valentina López
El ministro de Educación Marco Antonio Ávila anunció hace unas semanas que se iniciará un proceso progresivo para poner fin al Crédito con Aval del Estado (CAE) y condonar la deuda educativa.
Desde su creación en 2005, el CAE ha dado acceso a más de un millón de personas a la educación superior, aunque la deuda millonaria de los estudiantes que lo utilizaron los persigue durante mucho tiempo. Actualmente son más de 1.100.000 las personas que actualmente tienen esta deuda educacional, de los cuales un 40% son egresados y el resto son desertores.
Una de las promesas que hizo el presidente Gabriel Boric durante su campaña fue hacerse cargo de este tema y condonar la deuda universitaria, que, aunque significa un gran gasto para el gobierno, es una medida sumamente necesaria e importante para los estudiantes, que se han movilizado desde hace años para recibir soluciones.
Incluso en las movilizaciones de 2011, cuando Boric era dirigente estudiantil, esta era una de las demandas sociales más importantes por las que los estudiantes luchaban. Se trata de una de las demandas estudiantiles que lleva más tiempo sin resolverse.
Claramente, esto no es algo que se pueda hacer de un día para otro y el gobierno lo sabe. Por esta razón, el plan de condonación del CAE es un proyecto gradual, en el que se está trabajando con la formación de mesas de trabajo que permitan alcanzar una fórmula de pago de manera gradual y justa.
“Queremos hacer un proceso de reparación que sea progresivo, justo y que también sea gradual, porque es mucho recurso, pero de alguna manera hay que hacernos cargo porque es una demanda social importante”, planteó el ministro de Educación.
Es importante que, aunque este proceso debe ser gradual, el mecanismo quede instalado en la Ley de Presupuestos del año 2023, para que se comience a trabajar en el proyecto y sea posible realizar estos grandes cambios, que son fundamentales para los estudiantes universitarios, que contraen deudas millonarias solo por el hecho de estudiar.