Revisa el trabajo de los parlamentarios, su asistencia al hemiciclo y el desarrollo de los proyectos de ley que se tramitaron entre enero y abril de 2021.
Por Matías Boettcher, María José de la Barra, Constanza Grau y Natalia Valdebenito
La confianza de la ciudadanía hacia la política y su percepción sobre el trabajo legislativo es cada vez peor. Esta tendencia se corrobora con los datos que entregó la encuesta CEP en abril de 2021, los cuales evidencian que tanto los partidos políticos como el Congreso están dentro de las instituciones con menores índices de confianza, alcanzando un 2% y 8% respectivamente.
Sumado a la desconfianza, es común escuchar que la población critica la holgazanería y los altos sueldos de diputados y senadores. Pero, ¿cuán real es que los parlamentarios no trabajan?
Para dar respuesta a esta interrogante, el equipo de CoolerUAI revisó los portales de Transparencia Activa de la Cámara de Diputados y del Senado con el objetivo de analizar y medir el desempeño del Congreso en base a dos temáticas: la asistencia parlamentaria y la tramitación de los proyectos de ley.
A modo de contexto se debe saber que el Congreso Nacional es un organismo público que está compuesto de tres estamentos: el Senado y la Cámara de Diputados -los cuales tienen labor legislativa y acogen a los parlamentarios elegidos por votación popular- y el tercero se refiere a la Biblioteca del Congreso.
Actualmente, además de los parlamentarios independientes, son 17 los partidos políticos que tienen presencia en alguna de las cámaras o en ambas y, por más que parezca sorprendente, ninguna de las bancadas tiene un promedio de asistencia menor a 70%.
Actualmente, además de los parlamentarios independientes, son 17 los partidos políticos que tienen presencia en alguna de las cámaras o en ambas y, por más que parezca sorprendente, ninguna de las bancadas tiene un promedio de asistencia menor a 70%.
Sin embargo, al indagar en los portales web se descubrió que el alto porcentaje de asistencia no implica que los parlamentarios hayan asistido a un gran número de sesiones. Esto se debe a que, al justificar una inasistencia, esta no se descuenta del total, sino que se suma a las asistencias del parlamentario. Por ejemplo, un diputado que faltó a una sesión, pero la justificó no tendrá una baja en su porcentaje de concurrencia, sino que se le contará como si hubiese estado presente en la Sala.
¿Cómo es la tramitación de los proyectos de ley?
Un proyecto no puede ser discutido en el Congreso si no se propone una iniciativa y para esto existen dos caminos: Mensaje, cuya facultad solo la tiene el Presidente de la República; o Moción, ingresada por alguno de los parlamentarios.
Desde el primero de enero hasta el 30 de abril, se ingresó un total de 355 proyectos legislativos al Congreso. De estos, se observó que 275 iniciativas ingresaron vía Moción y 60 proyectos lo hicieron a través de un Mensaje presidencial.
Luego de que ingresa la iniciativa, los proyectos de ley comienzan a avanzar en diferentes estados de tramitación. ¿Cuáles son y de qué tratan?
Un proyecto está en Primer Trámite Legislativo, cuando el presidente de la cámara de origen -de Diputados o del Senado- da cuenta de su ingreso y lo envía a la comisión de estudio correspondiente. Del período analizado, 261 proyectos están aún en este paso.
Luego de que la cámara de origen apruebe el proyecto este pasa al Segundo Trámite Legislativo en el cual, la iniciativa pasa a la otra cámara -que se le denomina revisora- y esta procede de la misma manera que su antecesora, es decir, con una discusión general y particular del proyecto de ley. Del total de propuestas ingresadas entre enero y abril de 2021, solo 30 están en este proceso de tramitación.
El Tercer Trámite Legislativo se da cuando la cámara revisora adiciona o enmienda algo del proyecto original. Es por esto por lo que debe volver a la cámara de origen y, en caso de que esta no esté de acuerdo con los cambios, la iniciativa pasará a un proceso de Comisión Mixta -tres de los proyectos vistos en esta investigación están en este paso-.
Ya llegando al final del recorrido un proyecto, este se transforma en ley tras la promulgación y publicación, que viene a partir de la aprobación del Presidente de la República, quien dicta un decreto promulgatorio en un plazo de 10 días que finaliza al declarar la existencia de la ley. De los proyectos investigados 37 ya pasaron por este paso por lo que ya son leyes.
Pero, ¿es normal que demore tanto la tramitación de los proyectos de ley?
El abogado y director ejecutivo de Chile Transparente, Alberto Pretch, aseguró que el hecho de que una ley se demore más de un año en tramitarse es algo absolutamente normal, “incluso hay algunas que no se tramitan nunca. Hemos visto proyectos de ley que han salido en cuatro horas y otros que se demoran una década. Normalmente el tiempo de un proyecto debería ser de uno a dos años, sin tener urgencias o discusión inmediata”, dijo.