La pesadilla de Monstruopolis

Había una vez, cuando existía la fábrica de sustos más grande en Monstruopolis, Monsters Incorporated. James P. Sullivan, uno de los mejores asustadores quien trabajaba en ella, era admirado y apoyado por todos, pero más aún por Mike Wazowski, su mejor amigo. En este mundo de monstruos para obtener energía debían recolectar gritos de niños. Todo esto funcionaba a través de puertas de armarios mágicas que se podrían considerar portales hacia el mundo humano. Sullivan queriendo mantener su récord de asustador estrella, se quedó una noche en la compañía fuera del horario laboral, pero notó algo inusual, encontró una de las puertas abiertas y sin guardar, al abrirla se encontró con nuestra protagonista de esta historia, una niña humana llamada Boo.

Pero aquí viene el conflicto, ¿No que los humanos eran tóxicos y peligrosos al tener contacto directo con ellos? Era muy común tenerle miedo a los niños, esto se enseñaba en clases, tal como le pasó a Mike que hasta el día de hoy lo recuerda…

Boo de alguna manera logró pasar desapercibida y volvió junto a Sullivan al mundo de los monstruos. Este logra tener una conexión y se encariña con la niña, teniendo algunas actitudes extrañas por no querer que lo descubran con su secreto. Randall, uno de sus compañeros de trabajo y su oponente de primer puesto de asustadores, al querer arruinar la carrera de Sullivan y poder destacar, lo sigue constantemente por celos, dándose cuenta de que el monstruo está actuando más extraño de lo normal.

Una tarde pasando por los pasillos descubrió a Boo. Además de ser el asustador original de Boo, por ser rencoroso decide robar la puerta de una manera muy calculadora. Sin la puerta, Boo se quedaría atrapada en el mundo sin poder volver, la buscaron con desesperación pero nunca lograron encontrarla. 

Sin otra opción, Boo tuvo que adaptarse a vivir en Monstruopolis, dejando de hablar su propio idioma y tomando actitudes monstruosas. La energía del mundo ya no era la misma, pero nadie sabía la razón. Los meses se hicieron años, y Boo había cambiado no solo desde adentro, sino que físicamente también. Comenzó a tener los ojos rojos cada vez que se estresaba o tenía alguna emoción intensa, y Sullivan junto a Mike se dieron cuenta de que esto no era lo que debía pasar. Hasta que un día vieron a Boo parada en uno de los pasillos de la compañía sin moverse mirando un punto fijo en la pared, ella los vió y les sonrió por primera vez en años, pero luego de un segundo a otro ella ya no se encontraba ahí y nunca más la volvieron a ver. 

Nadie sabe si alguien la vio de nuevo, o si es que pudo volver a su hogar, pero debo ser honesta, tengo muy mala memoria, tan mala que no sabría decirte si todo lo que te conté es verdadero, y bueno, la historia puede cambiar dependiendo de quién la cuente, yo decidí cómo contarla, por lo tanto, fin.

Integrantes:

Tania Wieczorek (Mike Wazowski), Catalina Campos (James. P. Sullivan) y Camila Palacios (Profesora Roz)