El pasado 29 de marzo fue la última vez que Catalina Medel tuvo contacto con su padre y su hermano. Ese día la pequeña embarcación en la que ambos hombres iban junto a cinco más, se partió en dos. Muchas preguntas siguen abiertas, como la que planteó la Armada en estos días cuando descubrieron que el bote salvavidas de la nave menor no se activó. Y entre tantas dudas, Catalina dice tener una certeza: que la lancha donde iban los siete desaparecidos chocó con el buque Bruma y no por casualidad. Acusa a la tripulación de la nave mayor de hacerlo de forma intencional.

*Ilustración gentileza de Nicolet Palamara
Han pasado 16 días desde que el mar de Coronel (Región del Biobío) niega el paradero de los siete tripulantes de la lancha a motor Bruma, embarcación de pesca artesanal que se encontraba en medio de un viaje de faena de recolección de bacalaos. La principal hipótesis de Fiscalía y familiares: el buque industrial Cobra habría participado en el naufragio de la lancha.
Juan Jorge Muñoz Balladares, Carlos Hugo Escárate, José Fernando Carrasco González, José Luis Medel González, Julio Eduardo Gallardo Díaz, Jonathan Daniel Torres Saldaña y el patrón de la embarcación, José Luis Medel Sepúlveda, se encontraban fondeados (anclados) al noroeste de la Isla Santa María cuando se perdió el contacto cerca de las 02.00 de la madrugada del domingo 30 de marzo.
“A eso de las 10:00 horas del 30 de marzo la embarcación Lucas se comunica e informa que la Armada hace radio para solicitar información de la lancha Bruma, porque no estaba transmitiendo su POSAT (Posicionador Satelital) y tampoco comunicación radial…”, expuso la vocera de las familias de los pescadores desaparecidos y presidenta de la Asociación Gremial de Bacaladeros del Maule ante la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura del Senado.
Luego del reporte de desaparición de la lancha, Carabineros y la Armada desplegó sus equipos de búsqueda en la zona. A las 16.53 horas de aquel domingo, encontraron parte de la embarcación semihundida, partida por la mitad y sin tripulantes.
Desde entonces las familias afectadas iniciaron un amargo camino en la búsqueda por la verdad. Entre ellas Catalina Medel, hija del capitán del Bruma y hermana de uno de los tripulantes, quien conversó en exclusiva con Cooler.
– ¿Cómo era la relación con tu hermano?
R. Mi relación con mi hermano era súper cercana, siempre fuimos muy unidos. Para mí él era el mejor hermano del mundo. Siempre estuvo cuando lo necesitaba. José Medel González es mi padre y José Medel Sepúlveda es mi hermano. Ambos desaparecidos.
– ¿Cuánto tiempo llevaban trabajando en la mar?
R. Mi papá trabajaba en la mar desde que tengo memoria, toda su vida trabajó en eso. Mi hermano tiene que haber llevado unos 8 años aproximadamente de manera fija.
– ¿Cómo describirías sus personalidades?
R. Los dos eran muy alegres, simpáticos y solidarios. Siempre fueron de una pura línea. Mi papá era un poco más extrovertido que mi hermano. El José era más reservado en algunos temas.
– ¿Hubo algo inusual previo a ese último viaje?
R. No, nada.
– ¿Cuándo fue la última vez que se comunicó con sus familiares?
R. Yo hablé con ellos el día sábado 29 de marzo durante la tarde.
Previo a la pérdida de contacto, José Luis Medel (capitán) envió un mensaje de voz al celular de su padre, en el que decía:
«Ahora sí se me recuperó viejo. ¿Cómo está todo por allá? ¿te llegó el norte ya? Trabajamos ahora, recién nos fondeamos. Hace media hora que estamos fondeados, levantamos dos tiras, mañana matamos, si dios quiere. Se puso malo así que nos vinimos a fondear mejor, así que por acá estamos viejo. ¿Qué es lo que hay por allá? ¿pillaste el invento?”, indicó Canal 13 tras acceder al audio.
– ¿Cómo fue el momento en que se enteraron de la tragedia? ¿Quién les contacta?
R. Nos llamaron desde la Gobernación de Lirquén y Coronel para saber si habíamos tenido comunicación con mi papá.
Los familiares de los siete desaparecidos se reunieron en la Capitanía de Puerto en Constitución a las 23 horas del domingo en cuestión, y, desde entonces, se alojan en la localidad de Talcahuano.
Al día siguiente, tanto organizaciones de pescadores del Maule como las familias de los desaparecidos insistieron en la teoría de un posible choque con una nave de mayor tamaño, la que acusaron de continuar con su ruta sin prestar auxilio ni dar aviso de lo ocurrido.
También denunciaron que esta no sería la primera vez que ocurren accidentes en altamar, “sino que es más común de lo que creemos”, según dirigentes de organizaciones pesqueras, sobre todo entre naves industriales y lanchas artesanas.
El conflicto entre pescadores industriales y artesanales es de larga data en Chile y gira principalmente en torno al manejo de los recursos marinos. Históricamente, el sector artesanal ha acusado a las grandes empresas industriales de sobreexplotar los recursos y acaparar la mayor cantidad de cuotas, favorecidos, según ellos, por la actual “Ley de Pesca”. Los reclamos apuntan a una falta de fiscalización y de equidad, entre otros.
A fines de marzo, las principales zonas costeras del país fueron escenario de protestas, bloqueos y denuncias protagonizadas por los pescadores artesanales, esta vez, debido a la demora en la tramitación de la Ley de Fraccionamiento en la Comisión de Hacienda del Senado. El “corazón” de la Nueva Ley de Pesca, según el Ejecutivo (quien impulsó la medida), propone una redistribución de las toneladas que podrá pescar cada sector.
Pescadores artesanales aseguraron que las determinaciones a lo largo del proceso legislativo se han ajustado a favor de los intereses de la industria y acusan obstruccionismo por parte de autoridades de la oposición.
Los primeros días transcurrieron aferrados a una esperanza con rostro de balsa. Se creía que los pescadores podrían haber escapado. Hasta que el viernes 4 de abril se dio con el paradero de la balsa salvavidas de la lancha, sellada e intacta, además de fragmentos del barco, prendas de vestir y una zapatilla.
“Sabemos que ya no hay esperanzas de encontrarlos con vida, porque el plazo ya se acabó”, dijo Catalina Medel en entrevista con La Tercera.
La noticia fue devastadora.
Tras la aparición de la balsa, la Fiscalía determinó que el caso debía investigarse como un cuasidelito de homicidio.
Desde entonces, las autoridades coincidieron en que el foco de búsqueda cambió su rumbo hacia averiguar la verdad de los hechos, más que en dirección al rescate.
El Cobra como principal sospechoso
La Armada pudo confirmar que sí existió una colisión entre la lancha Bruma y otra embarcación, y fue a través análisis de georreferencias satelitales que se pudieron comenzar con las pericias en otras naves.
El primer buque al que se comenzó a investigar fue el Cobra, embarcación industrial perteneciente a la empresa pesquera Blumar S.A. ¿Los resultados de las pericias? El buque tenía cuerdas y restos de madera de otra embarcación, además de trazos de pintura en su casco.
Otro antecedente importante se registró a través del posicionador satelital POSAT, sistema con el que la Armada monitorea las ubicaciones de las embarcaciones en altamar. Gracias a los datos del dispositivo, se constató que las rutas de la lancha Bruma y el buque Cobra coincidieron en horarios cercanos al momento de la pérdida de contacto satelital de la nave menor (la madrugada del 30 de marzo).
Tras el presunto choque, cerca de las 02.00 horas, y después de que la lancha de pesca artesanal dejase de transmitir su ubicación, el Cobra bajó su velocidad y cambió su dirección al oeste y luego al sur. No se detuvo más en su camino de retorno.
Esta última información se registró mediante el sistema AIS (Sistema de Identificación Automática) de la herramienta Global Fishing Watch (GFW) que también recopila información de posición, trayectoria y velocidad de las embarcaciones a nivel mundial.
La Policía de Investigaciones (PDI), perició las embarcaciones Don Tito y Vichuquen II, que también se ubicaban cerca del perímetro donde se perdió el rastro del Bruma.
De los 18 tripulantes que iban a bordo del Cobra aquella noche: algunos son testigos, otros son imputados, según informó a la prensa la fiscal regional a cargo del caso, Marcela Cartagena. Mientras que el gerente de la Blumar, Gerardo Balbontín, tomó la vocería del caso y precisó que eran 4 los imputados, el capitán del barco entre ellos.
Incluso, Balbontín, en nombre de sus tripulantes, detalló que ellos lo que habrían sentido fue un ruido y no un choque. “Ellos sintieron un ruido y siempre lo atribuyeron a algo que había ocurrido adentro del barco».
– ¿Qué crees que pudo haber pasado? ¿Cuál es su teoría como familia?
R. Esto fue un choque totalmente intencional. Las personas del Cobra quisieron matarlos.
– ¿Qué piensas sobre cómo han llevado el caso las autoridades a cargo?
R. Creo que ha sido un proceso un poco lento en cuanto a la investigación. Sobre los culpables, las pruebas están más que claras.
Según declaraciones del abogado de las familias afectadas, el viernes pasado habrían presentado una querella por homicidio con dolo eventual y denegación de auxilio en contra del capitán, los pilotos y los vigías del Cobra, exceptuando a uno de estos últimos: Juan Sanhueza.
– ¿Qué piensan respecto del hallazgo del cadáver de Juan Sanhueza? (uno de los vigías del Cobra)
R. No tengo comentarios al respecto, eso se lo dejo a fiscalía.
Justo el día en que Juan Roberto Sanhueza Anríquez debía ir al psicólogo -apoyo proporcionado por la empresa empleadora- y luego a declarar a la PDI junto a sus compañeros, se notificó su desaparición por parte de sus familiares, tras no abordar la locomoción en la que se trasladarían los demás tripulantes.
Días después, se encontró su cuerpo sin vida en las cercanías del Lago Quiñenco. Según los primeros peritajes, la Brigada de Homicidios de la PDI descartó la intervención de terceros en el deceso de quien sería un testigo clave para la investigación. Sin embargo, el Servicio Médico Legal deberá entregar el informe oficial de la causa de muerte en los próximos días.
– ¿Cuáles fueron las novedades del último informe?
R. Que este fin de semana trabajaría en la zona el barco científico Cabo de Hornos, además de la extensión de manera indefinida de la búsqueda de los desaparecidos.
El navío de la Armada, que cuenta con un alto equipo especializado, permitió detectar tres nuevos puntos de búsqueda bajo el mar, lo que ha generado algún fervor de esperanza entre las familias afectadas.
En paralelo, los familiares recibieron por primera vez la visita de un representante del Ejecutivo, la ministra de defensa Adriana Delpiano, quien les confirmó que el Gobierno decidió hacerse parte de una querella por el naufragio de la lancha Bruma, la cual se formalizaría este lunes 14 por el Ministerio de Seguridad Pública “como parte del compromiso por perseguir responsabilidades”.
– ¿De qué manera se están acompañando y conteniendo entre las familias afectadas?
R. Nos encontramos las siete familias en Talcahuano. Estamos todas acompañándonos. Hemos recibido mucho apoyo desde todos lados, estamos muy agradecidos de las personas de Caleta Tumbes, Punta Lavapié, Lebu, Constitución y muchas localidades más.
Mientras que el Ministerio Público, la Fiscalía y los organismos de investigaciones continúan profundizando en la búsqueda de respuestas, tanto en el mar como en tierra firme, las familias afectadas por esta tragedia no dejan de exigir justicia por sus parientes, un fallecido y siete aún desaparecidos.