La exministra recuerda con emoción al Presidente, a quien considera su padre político y consejero y advierte que aunque fallecido, su legado no permite que sea olvidado.
Por Carla Balboa
La flamante ganadora de las primarias de Chile Vamos se desempeñó como ministra en dos carteras durante el segundo gobierno del Presidente Sebastián Piñera: primero en la Secretaría General de Gobierno y luego en Desarrollo Social y Familia. A lo largo de ese período lo acompañó en las dos mayores crisis que ha vivido el país en los últimos años: el estallido social y la pandemia del COVID-19.
Tras cuatro años de trabajo codo a codo y una cercanía que trascendió el espectro político, hoy Karla Rubilar (47) lo recuerda con emoción como su padre político, pues dice que gracias a él y a sus enseñanzas es la profesional en la que se ha convertido. Según la exministra salió de la mejor escuela, como es haber colaborado con Sebastián Piñera. Aunque su lema más famoso era 24/7, los ministros bromeaban con que en realidad era “24 y siempre”, porque les inculcó la mentalidad de trabajar todos los días por un Chile mejor, más justo y con mejores oportunidades.
–¿Usted cree que Sebastián Piñera la impulsó para ser candidata a la alcaldía de Puente Alto?
–Esa respuesta es un rotundo sí, de todas maneras. No sólo por lo que me enseñó durante mucho años, sino también por la trayectoria que hoy tengo y que me permite contar con la capacidad de liderar la comuna más grande de Chile. Él me empujó para ser candidata por Puente Alto, la última conversación que tuve físicamente con el Presidente Piñera y la última llamada con él antes de que falleciera fue por Puente Alto, él creía que yo debía competir, me incentivó en momentos difíciles y me dijo que luchara si quería ser candidata, me demostró que él iba a estar para ayudarme. Yo tomo este esfuerzo que a ratos puede ser complejo en memoria a él, porque estaba seguro que éste era mi lugar y que yo podía hacerlo bien.
La escuela del «24 y siempre»
–¿De qué forma impactó en su vida haber trabajado con él? Me comentaba que él era un padre para usted en el ámbito político y personal.
–Para mí es un maestro, nos enseñó un método y nos formó desde la responsabilidad, seriedad, compromiso… Desde el 24 y siempre. Alguien que aprendió de la mano del Presidente Piñera, debía estar en el trabajo y en el rigor, era impensado que alguno no supiera qué trabajo debía hacer.
Si tú me preguntas a nosotros, nos marca como una escuela, aprendimos a mi juicio de uno de los mejores y tenemos una formación que nos permite enfrentar desafíos importantes, no le tenemos miedo a las crisis o a las emergencias, y eso es porque el nos enseñó y siempre nos lideró.
-Al revisar su biografía es claro que era una persona extremadamente trabajadora y que eso impactaba a las personas, ¿Cómo fue esto para usted?
(Entre risas)
-Es muy exigente, pero yo lo veo como una oportunidad. (…) Él sabía que teníamos que estar disponibles en cualquier momento y por ende los costos familiares existen. Muchos tuvimos que dejar a nuestras familias, porque debíamos estar 24 y 7 para él o como nosotros decíamos 24 y siempre. Esto puede tener dificultades, además uno debía estar muy preparado, debíamos tener todas las cifras y no podíamos equivocarnos, ya que si lo hacíamos y presentábamos algo sin preparación lo podíamos pasar mal. Los que entendíamos esto, no teníamos problemas, él era un hombre que podía cambiar de opinión si le entregabas argumentos.
«El problema es que era tan brillante que muchas veces sabía más que uno»
Malas noticias desde Ranco
¿Cómo se enteró que Sebastián Piñera había fallecido, dónde estaba y cuál fue su primera reacción?
-Yo estaba preparándome para ir a la Radio Agricultura, cuando veo el chat de exministros, pues estaban mandando mensajes de que habían malas noticias desde Ranco, donde supuestamente había un rumor de que el Presidente había tenido un accidente en helicóptero, de inmediato me contacté con personas cercanas de su oficina, pero no tenían información certera. No vi nada más, hasta que en un mensaje en el chat dijeron que el Presidente había fallecido. Yo lo único que dije es que esto no era verdad y que el Presidente iba a aparecer nadando en una isla y nos iba a sorprender.
Yo quería que esto no fuera verdad y me dijeron que no entre a la Radio, pero yo les dije que el Presidente jamás me habría permitido no entrar, porque eso es algo que él me enseñó a lo largo de mi vida. Lamentablemente me tocó estando al aire la información oficial de que había fallecido y la verdad fue una daga en el corazón.
Hasta hoy tengo días malos
¿Cómo ha procesado su muerte durante todo este tiempo?
(Casi al borde de las lágrimas)
-Cuando murió yo estuve muy mal, fue casi que se te muera el papá, lo pasé pésimo y hasta el día de hoy tengo días malos. Lo extraño mucho, extraño sus consejos, poder llamarlo cuando tengo dudas, pero también es cierto que esta campaña la hago con él con su fuerza y convicción, siempre estuvo presente. Cuando gané las primarias se lo dediqué a él y no tengo duda de que siempre va a seguir presente conmigo.
Él me da fuerza, me inspira su legado, su forma de actuar y sobre todo que era un hombre incansable.
«Cuando gané las primarias, se lo dediqué a él»
Un legado de gran demócrata
¿Cuál cree que fue el legado que dejó en el país?
-Enorme. Dejó el legado del gran demócrata, dialogante, tolerante, respetuoso, de esta centro derecha moderna diferente a la tradicional. Los desafíos que este logró como las vacunas de la pandemia o el rescate de los 33 mineros donde deja ver su gran frase “si lo podemos soñar, lo podemos hacer”.
Además de eso, él vive en su legado en cada pensión garantizada universal, en cada ingreso mínimo garantizado, en todas las familias que sobrevivieron a la pandemia con el IFE universal, en cada pareja que se puede casar con el matrimonio igualitario, en cada casa reconstruida por el terremoto. Cuando voy a distintos lugares de Chile la gente me para y me abraza en nombre del Presidente para agradecerme todo lo que hizo.
Él deja un legado tan enorme que es imposible que muera en el país.