Según un informe oficial, nuestro país es el primero en Latinoamérica en agotar los recursos naturales necesarios para mantener a su población en un año, algo que eleva las alertas para el futuro.
Por Matilde García
2,5 planetas. Eso es lo que necesitaría el mundo para cubrir los recursos y el estilo de vida que tienen hoy los chilenos. Así lo aseguró la Global Footprint Network (Red Global de la Huella Ecológica), en un informe realizado en conjunto con la plataforma Earth Overshoot Day (Día de sobregiro de la tierra).
En 2019, lo alcanzó el 19 de mayo; en 2020, el 18 de mayo; en 2021, el 17 de mayo; en 2022, el 15 de mayo; en 2023, ocurrió en el mismo día; y este año, tan solo 8 días después. Según el informe de la GFN, este jueves 23 de mayo Chile se convirtió en el primer país a nivel latinoamericano en alcanzar el sobregiro ecológico de 2024.
Pero, ¿qué significa el sobregiro ecológico?
Según la ONG ambientalista Greenpeace, alcanzar el sobregiro ecológico implica que el planeta, o en este caso, un país en específico, ya gastó los recursos naturales de este año para mantener a su población.
Se trata de una tendencia que va al alza de manera constante y que hoy, representa una huella ecológica descomunal. “Si seguimos a este ritmo de consumo, gasto energético, y despilfarro de recursos naturales, necesitaríamos casi dos planetas para mantener nuestro sistema de vida actual, lo cual es evidentemente imposible”, dijo Catalina Droguett, periodista y referente en el mundo de la sostenibilidad.
A nivel global, el sobregiro ecológico es un fenómeno bajo el cual el planeta ha sobrevivido desde la década de los sesenta y se mide mediante lo que se conoce como “biocapacidad”, o sea, la capacidad de un área específica –biológicamente productiva– de generar un abastecimiento regular de recursos renovables y de absorber los desechos resultantes de su consumo. Así, cuando un área se explota más allá de su biocapacidad, el uso de esta se transforma en no sostenible.
En el caso de nuestro país, el análisis se organiza a partir de datos como el PIB junto con bases de datos de pesca y comercio. Además, incluye cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
La experta en medio ambiente asegura que el uso de la palabra sustentabilidad queda corta para el trabajo que es necesario hacer frente a este panorama: “Creo que debemos seguir potenciando la sostenibilidad, porque pone el acento en detener el daño que le hemos hecho al planeta, pero no es suficiente. Por eso hablamos de regeneración sostenible como un paso más allá de la sostenibilidad, que lucha no solo por evitar el daño, sino por repararlo, regenerarlo”.
Si bien Chile fue el primer país latinoamericano en alcanzar el sobregiro, según el análisis de la plataforma Earth Overshoot Day, el primer país del mundo en hacerlo este año fue Qatar, que llegó a su sobregiro el 11 de febrero. Por otro lado, países como Ecuador e Indonesia serían los últimos en alcanzarlo, el 24 de noviembre de este año.
Cambio climático y fenómenos meteorológicos
Al ser el primer país de Latinoamérica en llegar a esta situación, el panorama para Chile no es el mejor en términos de cambio climático. De hecho, un reciente estudio liderado por Álvaro Salazar, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y de la Universidad de La Serena, alerta que la zona central de nuestro país podría ser una de las más afectadas a nivel mundial hacia fines de este siglo. Advierte que es esperable un aumento de temperatura que podría llegar hasta los 50° acompañado por una reducción de precipitaciones.
Sin embargo, mayo no ha sido una época cualquiera para nuestro país. Según la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), se trata del mayo más frío registrado en la capital desde 1988, y también es del más lluvioso desde 2002. Aun así, según Diego Campos, Meteorólogo de la Oficina de Servicios Climáticos, estos eventos puntuales no implican un cambio en el paradigma. «Es difícil atribuir el cambio climático a eventos como estos sin analizar muchas cosas antes. Lo que sí sabemos del cambio climático es que sí está reduciendo la cantidad de precipitación y que la actividad frontal también ha disminuido», explica.
Esto es lo que se espera para el próximo invierno, y es que las precipitaciones que cubrieron la capital en mayo se irán disipando con la llegada del fenómeno de La Niña. «Se espera un invierno más seco y más frío de lo normal», concluye Campos.