Por Catalina Guerrero
Las nuevas generaciones son parte de una era donde surgen y se discuten muchos cuestionamientos y reflexiones sobre las tradicionales formas de vincularse que practican los seres humanos, sobre todo cómo aman y se relacionan sexoafectivamente.
La idea de que el amor lo puede todo es cuestionada y comienza la revolución del “neo amor”, donde la manera en la que nos han enseñado a amar no es la única, y podemos generar unas que sean más libres, igualitarias y más amorosas.
Francisco Aleuy, ingeniero de 33 años, está en una relación poliamorosa en V, que significa que su pareja actual tiene, además de él, un vínculo con otra persona.
“Practicar el Poliamor involucra ternura, responsabilidad con otres, mucha comunicación y confianza en que cada vínculo es importante y único. Involucra tanta vulnerabilidad como pesa el corazón, el caer en llanto, el hablar de nuestros dolores y atravesar los miedos, el mostrarse a sí mismo como un ser empático con otras personas. Además requiere de mucha investigación y lectura para entender porqué llegamos a un punto en que existe sólo una forma incuestionable de relacionarnos sexoafectivamente”, reflexiona Aleuy.
A pesar de que actualmente se discute más sobre el tema, aún es estigmatizado, incluso dentro de las nuevas generaciones.
“El ejemplo más claro es cuando las personas te aconsejan en base a normas pre-establecidas de lo que se debería o no se debería hacer con un vínculo de este tipo, o incluso el simple hecho de que hacerle cariño a una persona que no es tu pareja genere tanto ruido en las reuniones sociales. Lo más importante según mi perspectiva es entender y aplicar la compersión como premisa y atravesar todos estos dolores tan necesarios, ¡y es que realmente lo que más llena el corazón es ver tangiblemente la felicidad de poder sentir sin culpas en la persona que amas!”, añadió el ingeniero.
Carolina Aspillaga, doctora en psicología, investigadora y estudiosa del modelo del amor romántico, comenta que este fenómeno tradicional sirve para mantener las desigualdades de género y contribuye a una forma de ordenarnos socialmente.
Su cuestionamiento apunta a la posibilidad de amar en condiciones de mayor libertad, sin invalidar las opciones que se salgan de la norma y que el amor sea un crecimiento en una relación entre iguales. “Quiero invitar a las personas que estén interesadas en este tema a leer sobre esto, a conversar y poner el tema en la mesa, a no dar por sentado que porque estas en pareja si o si tienes que hacer o pensar ciertas cosas. Finalmente, se trata de crear esos espacios para conversar sobre cómo queremos vincularnos”, cerró Aspillaga.