Tras casi cuatro meses desde que Rusia invadió Ucrania, Putin cosechó su primera “victoria”. El Kremlin tomó control del último bastión ucraniano en Dombás tras la rendición de las tropas que custodiaban la zona. Finlandia y Suecia están en la mira del mandatario ruso al dar a conocer sus intenciones de unirse a la OTAN.
Por Sebastián Fita
Mariupol, la capital del acero
Situada a las orillas del mar de Azov, se encuentra una de las ciudades más importantes de Ucrania. Perteneciente al óblast de Donetsk (provincia de Donetsk), con una superficie de 243 km² y una población de más de 400 mil habitantes (equivalente a la región de la Araucanía o Antofagasta). La capital del acero, como se le conoce a Mariupol, debido a su trabajo con la metalurgia, la cual aporta cerca del 7% de las exportaciones que hace Ucrania, es una ciudad que conoce de conflictos. En 2014 se desarrolló una pugna entre las nuevas autoridades ucranianas y los ucranianos prorrusos.
Desde marzo de 2022 se encuentra siendo asediada por las tropas de Putin, a raíz de la invasión que Rusia comenzó a finales de febrero. Lo que pareciera que iba a ser una invasión rápida con un desfile triunfal por la liberación del pueblo ucraniano, encontró una resistencia sin igual.
El 17 de mayo la resistencia de Azovstal, la acería de la ciudad, se rindió después de quedarse sin municiones. Cerca de mil soldados llevaban días sin comer y dormir, reutilizando vendas de los muertos en cuerpos vivos y tomaban agua de altos hornos. Los últimos defensores abandonaron en fila la planta sin oponer resistencia. El ejército ruso llegó a un acuerdo para la evacuación de cerca 260 militares, quienes fueron reubicados en la localidad de Olenevka.
Una falsa victoria
Para Vladímir Putin la toma del control de Mariupol es una victoria, la más importante desde que se inició la invasión. Pero no pareciera ser tan así, pues para el doctor en estudios americanos, especialidad en estudios internacionales e Historia, Pablo Lacoste, lo de Rusia es una victoria pírrica, porque lo que el Kremlin conquistó son ruinas de lo que alguna vez fue la capital del acero: “Putin toma Mariupol, pero al costo de destruirlo, no toma nada, toma ruinas. Y esto es una muestra de la decisión que tiene Ucrania de repudiar la invasión rusa, no es una decisión aislada del gobierno, es una decisión que viene de abajo para arriba, una comunidad”, dijo el académico.
Para la opinión pública esta una victoria amarga, porque meses después de iniciar su ofensiva en la ciudad lograron tomar control de esta. Conquistaron una ciudad completamente devastada, con su infraestructura portuaria demolida y cuyas reparaciones serían carísimas para Rusia, además de los altos costos en bajas militares y equipo bélico.
Finlandia y Suecia entran a la ecuación
Rusia invadió Ucrania con el propósito de detener la intención de unirse a la OTAN. Acción que Finlandia y Suecia quieren seguir, anunciando que también quieren ser parte de la alianza militar. Esta decisión significaría un desastre estratégico para Putin, quien a regañadientes acepto la postura de ambos países, pero avisando que reaccionará en caso de que refuercen sus ejércitos.
Para el doctor en Historia y magíster en ciencias políticas, Fernando Wilson, el que se diera a conocer la intención de negociar es algo que los turcos manejaron a través de negociaciones forzadas. Sobre esto, el académico dijo: “Los turcos son famosos de desarrollar negociaciones forzadas. Le hizo un proceso equivalente a la Unión Europea, para conseguir millones de euros y extensiones comerciales. Todo indica que en este caso, particularmente Suecia, no tanto Finlandia, es que haga algo con los miembros del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán), una organización terrorista que ha recibo acogida en Suecia”.
Mariupol no pudo más, y producto del desabastecimiento cayó. Rusia tomó unas ruinas como trofeo de guerra, las cuales será caro reconstruir para el Kremlin. Finlandia y Suecia desean unirse a la OTAN, anexión que debe ser aprobada por unanimidad, además de la intención turca de negociar por la organización PKK que fue acogida en territorio sueco.
Queda esperar el siguiente movimiento de Putin en una guerra que se encamina a cuatro meses desde su primer movimiento, y saber cuánto podrán soportar sus fuerza económicas y militares. Mientras Ucrania recibe apoyo de EE. UU. y algunos países de la Unión Europea, Rusia está por su cuenta.