Un buque sin capitán

Por Sebastián Fita

Universidad de Chile volvió a demostrar falencias este fin de semana. Todo hincha azul soñaba con que la “U” mostrara un buen juego tras la salida de Santiago Escobar, un director técnico que no traía resultados en su expediente y que solo cosechó fracasos en el elenco universitario. No solo rodó la cabeza del colombiano, sino que también la del gerente deportivo, Luis Roggiero, quien con una idea que nunca prosperó, poco y nada aportó al cuadro estudiantil.

Sebastián Miranda asumió en forma interina la banca azul, mientras se busca un capitán para un buque que perdió el rumbo. A fines del año pasado, Universidad de Chile se salvó en la agonía del partido de descender al superar a Unión La Calera y los cambios realizados desde entonces por la dirigencia de Azul Azul demuestran que no tampoco han encontrado una ruta para sacar a la «U» de la crisis.

Hoy, la “U” marcha 11° en la tabla de posiciones, a solo cuatro puntos de la zona de descenso, un fantasma que pareciera avanzar a pasos agigantados. Dirigentes que tardan en tomar decisiones y un equipo sin línea de juego son los blancos de las críticas.

Una dirigencia que no se mueve y se mantiene en calma cuando el equipo no atraviesa por un buen momento desde hace años y en que cada campeonato es lo mismo, refuerzos que salvo excepciones no aportan. El caso de Hernán Galíndez, un arquero que tiene buen porcentaje de tapadas, si te llegan todo el partido es normal, pero cuyo desempeño es deficiente, no grita, no ordena, no sale a cortar centros, no genera confianza y lo demostró en los clásicos, en donde jugó con miedo. Una defensa permeable, la tercera más batida de todo el torneo, y un medio campo donde la marca es escasa y también la generación de jugadas de riesgo, son las mayores debilidades.

La “U” necesita en forma urgente una restructuración, partiendo por la dirigencia que solo ha tomado malas decisiones en estos últimos años, encontrar un DT de peso, que tenga la capacidad de conducir al equipo en este mal momento y lograr que el Chuncho alce el vuelo nuevamente para posicionarse donde siempre debe estar.